El “Albirrojo” se impuso con absoluta justicia y fue un legítimo ganador. Basta de “fogoneos” que terminan provocando climas enrarecidos y que pueden terminar en tragedias. El fútbol es uno solo, sigue dependiendo de lo que hagan los jugadores. Para ganar hay que hacer goles y para ello hay que patear al arco. Avísenle a Caruso Lombardi que vaya a la cancha y que el árbitro no tuvo nada que ver.
Costa Brava obtuvo anoche un triunfo absolutamente claro y justo al derrotar a Ferrocarril Sud por 1 a 0, en la primera final de la Región Pampeana Bonaerense Sur del Torneo Regional Federal Amateur.
El encuentro se disputó en Olavarría, ante unos 3.500 personas que apoyaron desde muy temprano al equipo local. Hay que recordar que no se permite el acceso de público visitante en estos partidos.
El clima ya estaba enrarecido desde antes del encuentro debido a los permanentes “fogoneos” por parte de medios locales y nacionales que planteaban dudas respecto a la incidencia que podía tener el arbitraje para la definición del partido.
Ya desde el principio de la semana se habían observado en las redes sociales un sinfín de comentarios que para lo único que sirven es para predisponer de mala manera a los hinchas y también a los jugadores de un equipo que empieza a creer que esto puede suceder o bien justifica en el árbitro sus propios errores para no admitir que el otro equipo lo supera.
Dicho esto, hay que decir -con la propiedad de haber estado presente en el estadio y la experiencia de tantos años viendo fútbol- que Costa Brava fue un claro y justo vencedor, y agregar que el árbitro no tuvo incidencia para que eso sucediera.
Decir que el árbitro permitió que Costa Brava ganara el encuentro y que lo favoreció es una falacia absoluta simplemente porque Ferrocarril Sud casi no llegó ni pateó al arco. Octavio Vallejo, arquero de Costa, fue un espectador del encuentro.
Señalar que el árbitro Nicolás Salinas fue responsable de algo que enardeciera a los hinchas y los llevara a tirar rollos (uno impactó en la nuca de Rodrigo Martín que luego fue reemplazado porque estaba mareado), botellas con agua y hasta una de vidrio (que estuvo muy cerca de suspender el encuentro) es también incorrecto. Todo esto ocurrió a partir del “fogoneo” en la semana previa al partido (estaría bueno que se hicieran cargo de ello colegas, que en algunos casos ni van a la cancha, y no se dan cuenta que generan un clima que luego puede terminar en una tragedia). Ni que hablar de algún ex técnico de fútbol, un histórico “vendehumo” como Ricardo Caruso Lombardi -que tampoco va a la cancha- y que detrás de “espurios” intereses personales utiliza un medio nacional -impresentable que un canal tan serio como TN lo tenga entre sus columnistas- y prende la mecha para que la gente se “enrosque” y termine tirando piedras y rompiendo patrulleros y el colectivo del visitante como sucedió ayer.
Con todo esto, la gente encontró en el árbitro Nicolás Salinas la vía de escape para no reconocer la superioridad de Costa Brava a lo largo de todo el partido, generando tres o cuatro situaciones muy claras de gol en el primer tiempo, además de un par de ocasiones más en el segundo, además del golazo que terminó convirtiendo Ramiro Fredes, aprovechando un gran desborde y centro de Alex Sosa, a los 16 minutos del complemento.
Costa Brava trabajó el partido desde el inicio mismo, cumplió a rajatabla el libreto que tenía y el partido siempre se jugó como quiso el equipo pampeano. Al principio le sacó ritmo al vértigo que sabía Ferrocarril Sud le iba a imponer para tratar de convertir lo antes posible. Demoró en los saques de arco, en los laterales, aprovechó todo. Lo jugó como lo que era, una final. Cuando se fue calmando el trámite y la gente, empezó a hacer pie y comenzó a jugar. Promediando el primer tiempo ya manejaba el partido a voluntad. Tuvo cinco tiros de esquina desde allí hasta el final del primer tiempo, contra ninguno del local. Un zurdazo de Agustín López exigió al arquero Alex Verón, y Ramiro Fredes se pasó de largo en el rebote. El propio Agustín López probó desde 30 metros y la pelota se fue cerca del ángulo. Un cabezazo de Pablo Agüero solo en el área chica -que muchas veces es gol- se fue arriba del travesaño luego de un córner. Y otra muy clara fue una que le quedó sobre la derecha a Ramiro Fredes, luego de un rebote, apareció solo y definió cruzado pero la pelota se le fue ancha. Todo esto en el primer tiempo.
En el complemento, comenzó un poco mejor Ferrocarril Sud pero nunca llegó a inquietar, solo se paró un poco más arriba en la cancha y no mucho más. El freno final a ese intento se lo puso el gol de Ramiro Fredes, de cabeza al segundo palo luego de un centro desde la derecha de Alex Sosa, en un encuentro entre las dos figuras que tuvo Costa Brava en el partido de ayer.
De allí en más, Costa defendió el resultado, siguió jugando el partido como una final. Metió en toda la cancha, fue fuerte en todas las divididas y casi siempre ganó. Se multiplicó para marcar escalonadamente en los intentos del local. Jugadores como Lautaro Ibarra también se “arremangaron” para correr, defender y recuperar balones. Ninguno de los jugadores del equipo pampeano estuvo por debajo de los 6 o 7 puntos en su rendimiento, todos estuvieron “metidos” y concentrados en el juego. La experiencia de varios jugadores, con gran trayectoria, se notó más que nunca. Cuando la tuvieron que “reventar” la pelota lo hicieron, cuando pudieron jugar, jugaron. Como se juega una final. Costa Brava terminó siendo un digno y destacado representante del fútbol pampeano.
Por eso, hablar del árbitro Salinas y justificar en él la derrota es como querer tapar el sol con las manos, esconder la basura debajo de la alfombra, y también menoscabar un triunfo absolutamente legítimo, meritorio, de un gran “equipo” como lo fue ayer Costa Brava. Lo único que se lo podría criticar técnicamente a Salinas (y lo dijimos ayer en la transmisión por radio) es que debió amonestar a al menos tres jugadores de Costa por distintas infracciones que para nosotros eran amarillas (Pablo Agüero, Joaquí Garoni y Ezequiel Riera).
Basta de hablar del “caballo del comisario”, de que los árbitros lo van a favorecer, agradezcan al árbitro que no suspendió el partido cuando tuvo un montón de herramientas y justificaciones para hacerlo. Fue inteligente Salinas en esto porque al continuar evitó un caos mayor posiblemente. Ganénle a Costa jugando, si se olvidan de los árbitros seguramente jugarán mejor.
Síntesis del partido
Ferrocarril Sud : Alex Verón; Joaquín Ayesa, Alan Vester, Matías Buongiorno y Franco Hammerschmidt; Nahuel Roselli, Agustín Vázquez, Laureano Tello y Leonel Iriarte; Diego Martínez y Manuel Abentín. DT: Jorge Izquierdo.
Suplentes: Franco Vedelini, Franco Aguille, Mateo Tamagnini, Gastón Borda, Walter Bracamonte, Damián Sánchez y Nicolás Lareu.
Costa Brava: Octavio Vallejo; Joaquín Garoni, Pablo Agüero, Brian Alferez y Nicolás Pacheco; Rodrigo Martín; Alex Sosa, Ezequiel Riera, Agustín López y Lautaro Ibarra; Ramiro Fredes. DT: Rodrigo Chap.
Suplentes: Gabriel Argüello, Leonardo Bonivardo, Santiago Arellano, Agustín Alles, Roque González, Tiago Gómez y Maximiliano Palacios.
Goles: ST 15m Fredes (CB).
Cambios: ST 27m Damián Sánchez por D. Martínez (F). ST al inicio Walter Bracamonte por Roselli (F), 9m Agustín Alles por R. Martín (CB), 20m Nicolás Lareu por Ayesa (F), 23m Santiago Arellano por López y Roque González por Alex Sosa (CB) y 29m Tiago Gómez por Alles (CB).
Árbitro: Carlos Salinas (Rosario).
Estadio: Domingo Colasurdo
Fuente: Ruben Arias (La Red Pampeana)