El Vaticano confirmó este lunes por la mañana el fallecimiento del Papa Francisco, quien partió a los 88 años. La noticia fue anunciada oficialmente por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo de la Santa Sede, mediante un mensaje dirigido a la comunidad católica mundial.
“Con profundo dolor, comunico el regreso a la Casa del Padre de Su Santidad Francisco, Obispo de Roma, a las 7:35 de la mañana de este lunes”, expresó Farrell. “Su vida entera fue un testimonio de entrega al Evangelio, guiada por la humildad, la ternura y una dedicación incansable hacia los más necesitados”, agregó el cardenal.
En su mensaje, el camarlengo también resaltó el legado espiritual de Jorge Mario Bergoglio, el primer papa latinoamericano de la historia, a quien encomendó al amor eterno de Dios con palabras de despedida llenas de gratitud y reverencia.
Una despedida en plena Semana Santa
Tan solo un día antes, Francisco se había mostrado por última vez en público durante la celebración del Domingo de Ramos, en la plaza San Pedro. A pesar de su delicado estado de salud, asistió en silla de ruedas y sin oxígeno asistido, generando emoción entre los fieles. “Buen Domingo de Ramos, buena Semana Santa”, saludó desde el altar, en un gesto sereno pero significativo.
Durante la misa, tuvo un breve encuentro con el cardenal argentino Leonardo Sandri, quien presidió la ceremonia, y al finalizar, recorrió la explanada para bendecir a religiosos, niños y peregrinos que celebraban su aparente recuperación.
Últimos días y palabras
Tras 38 días de internación por una grave neumonía bilateral, el Papa había recibido el alta el 23 de marzo. Desde entonces, realizó esfuerzos por retomar su agenda espiritual, destacándose su participación en el Jubileo de los Enfermos el 6 de abril. Sin embargo, su salud continuó deteriorándose.
En uno de sus últimos mensajes públicos, durante el rezo del Ángelus, Francisco dejó una reflexión que hoy resuena con más fuerza que nunca: “Ante el dolor, no caigamos en la desesperación. Como Jesús, confiemos en el abrazo amoroso del Padre”. También agradeció las oraciones recibidas en todo el mundo, asegurando que sentía el consuelo de Dios a través del cariño de los fieles.
Un líder de los márgenes
La figura de Francisco quedará grabada en la historia como la de un pastor cercano, comprometido con los excluidos y crítico de las injusticias del mundo moderno. Su pontificado, iniciado en 2013, fue marcado por el impulso a una Iglesia más humilde, solidaria y abierta.
Hoy, millones lo despiden con dolor, pero también con la certeza de que su voz seguirá resonando en cada rincón donde haya una lucha por la dignidad y el amor al prójimo.