Un grupo de 16 estudiantes de la Escuela Provincial de Educación Técnica N°2 de General Pico dio un paso más allá del aula al transformar un ejercicio académico en una propuesta concreta que será llevada a cabo por el municipio. Su trabajo de diseño arquitectónico para optimizar los espacios de la Dirección de Juventud fue seleccionado por la comunidad y formará parte del Presupuesto Participativo de este año.
La iniciativa, surgida desde la materia “Prácticas Profesionalizantes”, fue coordinada por los arquitectos y docentes Inés Arreguy y Martín Pereyra, quienes acompañaron al grupo de séptimo año en cada etapa del proceso. El proyecto no solo abordó desafíos técnicos, sino también humanos: interpretar las necesidades de un organismo público, responder con soluciones creativas y defender sus ideas frente a autoridades municipales, incluyendo la intendenta Fernanda Alonso.
Proyectar desde la experiencia
El desafío propuesto a los alumnos fue rediseñar distintos sectores de la Dirección de Juventud local: el edificio central, una pequeña casilla destinada al deporte, un vagón de tren y el patio. Para eso, se organizaron en equipos que trabajaron de manera integral, respetando criterios de coherencia y funcionalidad.
Los y las estudiantes visitaron los espacios dos veces por semana durante varios meses, relevaron estructuras sin planos previos, dialogaron con el equipo técnico del municipio y construyeron desde cero cada propuesta: renders, presupuestos, cálculos y documentación completa. El proyecto fue presentado públicamente y obtuvo el respaldo de la comunidad con 231 votos de los más de mil emitidos en la votación participativa.
Diseño con mirada joven
Entre las propuestas destacadas figura la creación de un “Espacio Gamer” totalmente equipado para actividades recreativas digitales, una sala de streaming ubicada dentro del vagón de tren, un patio con sector para fogones y eventos culturales, y zonas funcionales de atención al público como la tramitación de la tarjeta SUBE. Todas las ideas buscan revitalizar los espacios juveniles bajo una lógica inclusiva, moderna y flexible.
Además, el proyecto continuará desarrollándose de manera interdisciplinaria. La orientación de Electromecánica de la EPET se sumará en una segunda etapa para construir el sistema eléctrico completo, fortaleciendo así la integración de saberes técnicos en un caso real.
Educación que transforma
“Fue un proceso muy cercano al ejercicio profesional. Los chicos no solo diseñaron, sino que gestionaron, presupuestaron y defendieron su visión. Esa experiencia les dio herramientas que muchas veces no se viven hasta el ámbito universitario o laboral”, destacaron los docentes. La gratificación fue doble: ocho de los estudiantes decidieron seguir la carrera de Arquitectura tras esta experiencia.
El director de Juventud, Matías Alanís, subrayó el valor simbólico del proyecto: “Es la primera vez que articulan diferentes cursos y especialidades en torno a un mismo objetivo. Lo que están logrando es más que una remodelación: están devolviendo vida a un espacio clave de la ciudad, diseñado por y para jóvenes”.
La historia de estos 16 estudiantes es una muestra concreta de cómo la educación pública puede convertirse en motor de cambio. No solo aprendieron a proyectar edificios, también diseñaron una nueva forma de participar y construir comunidad.