Finalizó una nueva etapa del plan conjunto de seguridad rural que llevan adelante las provincias de La Pampa y Buenos Aires. El operativo, que incluyó patrullajes nocturnos con drones de largo alcance, trabajo territorial y articulación con fiscalías especializadas, cerró con un acto en el Instituto Superior Policial (ISP) tras más de una semana de actividad intensiva.
La estrategia forma parte del convenio de cooperación firmado en junio de 2024 por los gobernadores Sergio Ziliotto y Axel Kicillof, y apunta a fortalecer la prevención de delitos como el abigeato y el furtivismo en zonas rurales.
Durante los operativos, se montó un centro de control en el Autódromo Provincial que funcionó como base para el monitoreo de vuelos, la planificación de rutas y la coordinación general. Las tareas se desplegaron en localidades como Parque Luro, Naicó y Quehué, donde el uso de tecnología de visión térmica y nocturna permitió cubrir amplios sectores en horario nocturno con resultados positivos.
Tecnología de punta y despliegue coordinado
Se utilizaron drones JOUAV CW-100 con hasta 10 horas de autonomía y alcance de 100 kilómetros, y DJI Matrice 300 RTK, diseñados para tareas de proximidad. Ambos modelos fueron operados por pilotos certificados por la ANAC, con licencias de ala fija y rotativa.
La intervención combinó recursos humanos y tecnológicos de las policías rurales de ambas provincias, y contó con la participación activa de fiscales especializados, quienes colaboraron en la planificación de las acciones.
Una estrategia integral
El ministro de Seguridad y Justicia de La Pampa, Horacio di Nápoli, destacó que “estas acciones nos permiten anticiparnos al delito, trabajar con inteligencia y reforzar la coordinación entre fuerzas”. Y agregó: “La seguridad rural necesita respuestas integradas. Este trabajo conjunto con Buenos Aires muestra lo que significa pensar en una estrategia preventiva y sustentada en la cooperación institucional”.
Continuidad del plan
Este tipo de operativos se enmarca en un programa de trabajo sostenido entre ambas jurisdicciones, que contempla capacitaciones, análisis de información y vigilancia aérea. Las acciones no se difunden previamente para evitar filtraciones y preservar su eficacia.
La experiencia será replicada en distintas regiones a lo largo del año, consolidando un modelo de seguridad rural que combina tecnología, planificación y acción conjunta entre provincias.