El gobierno nacional resolvió cerrar el Museo del Che Guevara en San Martín de los Andes, uno de los espacios culturales más visitados de Neuquén, y exigió a la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) que desocupe el edificio de “La Pastera” en un plazo de 30 días. La medida implica la rescisión anticipada del comodato que estaba vigente hasta 2028.
La decisión fue confirmada por el presidente de la Administración de Parques Nacionales, Cristian Larsen, quien justificó el cierre señalando que el edificio será reconvertido en un espacio dedicado a Francisco Pascasio Moreno, figura clave en la conformación del sistema de parques nacionales en la Argentina. “Estará dedicado al verdadero héroe de Parques Nacionales”, expresó.
Una pieza clave del turismo cultural
La Pastera, construida en 1946 y ubicada en un punto estratégico de la ciudad, tiene un valor histórico particular: allí pernoctaron Ernesto Guevara y Alberto Granado en 1952 durante su célebre viaje por América del Sur. El museo fue inaugurado en 2008 y desde entonces funcionó como un centro cultural con material bibliográfico, cartas, fotografías inéditas y documentación vinculada a la vida del Che.
En sus más de 15 años de funcionamiento, el museo se convirtió en una referencia para visitantes nacionales e internacionales. Es el segundo museo más concurrido de la provincia y tiene vínculos con la Universidad Nacional del Comahue, que lo utiliza para prácticas académicas en carreras vinculadas al turismo.
Además, la Pastera es parte de las actividades curriculares de escuelas de la región y ha sido escenario de producciones audiovisuales de equipos provenientes de Rusia, Francia, Holanda y otros países. Las visitas suelen complementarse con circuitos turísticos ligados a los pasos del Che por la Patagonia.
Una decisión cargada de simbolismo
Desde el gobierno nacional, el cierre fue enmarcado dentro de una “batalla cultural” que busca reconfigurar el sentido simbólico de diversos espacios públicos. Larsen mencionó que se están revisando otros convenios firmados en gestiones anteriores. “En el Parque Nacional Lanín se rescindió este acuerdo, y se hará lo mismo con otros. En Nahuel Huapi ya se recuperó un predio que estaba cedido a una organización vinculada a Juan Grabois y hoy sirve como refugio para brigadistas”, explicó.
Aunque no se detallaron criterios técnicos o administrativos para justificar la rescisión del convenio con ATE, el trasfondo ideológico fue evidente. La actual administración considera que muchos de estos espacios fueron utilizados como herramientas de difusión de valores contrarios a su proyecto político. “Recuperar estas tierras es también recuperar soberanía frente al uso partidario de bienes del Estado”, afirmó Larsen.
Mientras se ultiman los pasos legales para el desalojo, desde ATE se anticipó que se evaluarán medidas para defender la continuidad del museo y denunciar lo que consideran un intento de borrar parte de la memoria colectiva ligada a la historia latinoamericana.