La recaudación nacional de impuestos volvió a mostrar señales de preocupación. En mayo, los ingresos fiscales sumaron $15,9 billones, pero al ajustar por inflación, el número revela una caída del 17,7% interanual en términos reales. El dato, informado por la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), refleja una contracción más marcada de lo previsto.
Uno de los factores centrales detrás del desplome es el efecto estadístico de comparación con el mismo mes de 2024, cuando se registró una fuerte entrada por el Impuesto a las Ganancias de sociedades, impulsada por la devaluación de diciembre de 2023. Muchas empresas, en aquel momento, habían dolarizado sus activos previendo el salto cambiario, lo que infló los resultados de ese ejercicio contable.
Este año, sin ese colchón, los números de Ganancias se derrumbaron. Según se precisó, el tributo aportó $4,4 billones, pero con una merma real del 39% interanual.
Coparticipación en caída y señales de alerta
La contracción en Ganancias ya había tenido su eco en la coparticipación automática que reciben las provincias, cuya caída alcanzó el 23,3% interanual en términos reales. Ese anticipo regional confirmó que el desempeño fiscal del quinto mes del año vendría con cifras negativas.
El Impuesto al Valor Agregado (IVA), termómetro clave de la actividad económica, presentó una mejora leve del 3% real, con una recaudación total de $4,4 billones. Sin embargo, el dato debe leerse con cautela: abril, mes que refleja los ingresos de mayo, fue un período todavía estancado tras los efectos de la devaluación del año anterior. Para analistas fiscales, esa leve suba aún no configura un verdadero repunte del consumo.
Qué explican los especialistas
Desde el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) advirtieron que, si se excluye el impacto de Ganancias, la baja real de la recaudación general es más moderada, de apenas 2,4%. Aun así, persisten señales de desaceleración en algunos rubros tributarios clave.
ARCA, por su parte, detalló que además del flojo desempeño de Ganancias, influyeron otras medidas del gobierno nacional: la eliminación del Impuesto PAIS, que en 2024 había aportado más de $563.000 millones; la reducción de derechos de exportación bajo el Decreto 38/2025; y cambios en los aranceles para productos tecnológicos e importados, que se abarataron a partir del 20 de mayo.
A esto se suma la restitución de certificados de exclusión desde marzo, que volvió a reducir el alcance de percepciones en IVA y Ganancias en operaciones aduaneras.
Comportamiento desigual
No todos los tributos mostraron resultados negativos. El Impuesto al Cheque, por ejemplo, arrojó una recaudación de $1,1 billones, con una suba nominal del 76%, bastante por encima de la inflación acumulada. Aun así, los analistas coinciden en que el repunte de algunos gravámenes no logra compensar la pérdida en otros pilares fiscales más estructurales.
El panorama general muestra un Estado nacional que, pese a los recortes y ajustes, enfrenta serias dificultades para sostener los niveles de recaudación necesarios. Si la recuperación económica no se consolida en los próximos meses, el frente fiscal seguirá bajo presión.