Con una convocatoria que reunió a cientos de directivos y docentes de toda la provincia, se realizó una nueva jornada del Ciclo Intensivo de Formación en Inclusión, impulsado por el Ministerio de Educación. La actividad tuvo como eje la presencia de la educadora Silvana Corso, referente nacional e internacional en pedagogía inclusiva.
Durante el encuentro, Corso destacó que La Pampa se ha convertido en un ejemplo concreto de cómo materializar la inclusión educativa, no solo por su marco normativo y formación docente, sino también por la decisión política sostenida en el tiempo.
Trayectoria y compromiso
Corso, profesora de Historia y nominada en 2017 al Global Teacher Prize —conocido como el “Nobel de la educación”—, brindó su testimonio frente a las y los asistentes. Compartió cómo su experiencia personal como madre de Catalina, una niña con discapacidad, la transformó y la impulsó a volcar sus conocimientos y vivencias en el ámbito educativo.
“El vacío que dejó la pérdida de mi hija lo llené ayudando a otras personas desde mi lugar en la escuela. Y hoy, con 20 años trabajando en educación inclusiva, siento que esta es la manera más concreta de generar transformación”, expresó.
En su exposición, remarcó que la inclusión no puede ser solo un discurso políticamente correcto, sino que debe ser un compromiso real que abrace la incertidumbre y genere nuevas formas de enseñar. “Transformar el aula es aceptar que no todos aprenden igual ni al mismo ritmo, y eso no es un problema, es la base de una escuela democrática”, sostuvo.
Miradas desde el territorio
Directoras de toda la provincia coincidieron en la necesidad de revisar prácticas pedagógicas y generar propuestas que incluyan a todos. Alejandra Richter, del JIN Nº 14 de Quemú Quemú, subrayó el rol de las familias en el acompañamiento y remarcó: “Silvana nos aporta herramientas y otra mirada, más comunitaria y humana”.
Leandra Guido, del colegio Enrique Stieben de Anguil, enfatizó que la inclusión atraviesa a todo el sistema educativo, y no solo a estudiantes con discapacidad: “El desafío es que todos los chicos y chicas aprendan, más allá de sus tiempos o condiciones”.
Por su parte, Lorena Barrionuevo, de la Escuela Nº 34 de Realicó, planteó que la clave está en repensar la práctica docente, incorporando herramientas diversas: “Desde un cuento hasta un audio o video pueden abrir nuevas puertas a la inclusión”.
Inclusión como estilo de vida
Corso también compartió su preocupación por el contexto nacional actual: “Hoy se habilitan discursos regresivos que ponen en duda conquistas que nunca llegaron a concretarse del todo. En La Pampa se avanzó mucho, pero a nivel nacional la inclusión quedó en un status quo, como si fuera un tema incómodo”.
Y dejó una reflexión contundente: “La inclusión es un estilo de vida. No se enseña solo con palabras, se demuestra en cada gesto. En la escuela, en la calle, en nuestras relaciones cotidianas”.
La jornada cerró con un mensaje que atravesó toda la actividad: “La escuela tiene que enseñar a quererte”, una premisa que invita a educar con ternura, empatía y justicia social.