Irán lanzó este lunes un ataque con misiles contra la base estadounidense de Al Udeid, en Qatar, en represalia por los recientes bombardeos de Estados Unidos sobre instalaciones nucleares iraníes. La acción fue confirmada por los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, que calificaron la ofensiva como un golpe directo al “mayor activo estratégico del ejército terrorista estadounidense en Asia Occidental”.
La base de Al Udeid, considerada la más grande de Estados Unidos en Medio Oriente, aloja a más de 10.000 soldados y es sede regional del Comando Central. Está equipada con una extensa flota de aviones de combate y vehículos aéreos no tripulados, y representa un punto clave en la presencia militar norteamericana en la región.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Qatar condenó el ataque, al que calificó como una “violación flagrante de su soberanía”, y advirtió que se reserva el derecho a dar una respuesta proporcional.
El gobierno de Estados Unidos confirmó el impacto de los misiles sobre su base en territorio qatarí. Poco después, el presidente Donald Trump emitió un mensaje a través de su red Truth Social, donde afirmó: “Los sitios que atacamos en Irán quedaron totalmente destruidos y todo el mundo lo sabe. Solo los medios de comunicación falsos dirían algo diferente”.
La escalada de tensión en el Golfo Pérsico provocó una reacción inmediata en los países vecinos. Kuwait e Irak se sumaron a Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Baréin en el cierre de su espacio aéreo, en una medida preventiva ante la posibilidad de nuevos ataques.
El conflicto entre ambas potencias continúa intensificándose, en un escenario que vuelve a poner en alerta al mundo sobre las posibles derivaciones de una confrontación directa en la región más volátil del planeta.