La provincia de La Pampa enfrenta un preocupante crecimiento de estafas y ciberdelitos, con un aumento del 42,4 % entre 2023 y 2024. Hackeos de redes sociales, suplantación de identidad, páginas falsas que roban datos bancarios y llamadas engañosas son algunas de las modalidades que afectan a víctimas de todas las edades y regiones.
Según los datos oficiales, en 2023 se registraron 539 estafas, de las cuales el 77,5 % (418) fueron cometidas por internet y el 22,5 % (121) por vía telefónica. En 2024, la cifra se disparó a 768 casos: el 74,7 % (574) vinculados a la red y el 25,3 % (194) a llamadas. Solo los delitos digitales aumentaron un 37 %.
La Unidad Regional I, con sede en Santa Rosa, concentró el mayor crecimiento: pasó de 217 casos en 2023 a 382 en 2024, lo que representa un incremento del 76 %, con un alarmante 81 % más de hechos por internet. General Pico (UR-II) sumó 296 casos y tuvo un aumento del 31,5 %. En General Acha (UR-III), en cambio, hubo una caída del 18,5 %; mientras que 25 de Mayo (UR-IV) registró una suba del 22,2 %.
Los datos parciales de 2025, correspondientes al primer semestre, contabilizan 313 estafas (189 por internet y 124 telefónicas). La tendencia sugiere que este año podría cerrar con cifras similares o incluso superiores.
Fuentes vinculadas a la investigación reconocen que gran parte de los delitos son cometidos por personas ajenas a la provincia y que en muchos casos ni siquiera pisan el territorio. A veces utilizan “recaudadores” para concretar los engaños, pero la mayoría de las estafas se realizan íntegramente por canales virtuales, lo que complica el trabajo de las fuerzas de seguridad y obliga a coordinar tareas entre distintas jurisdicciones.
Además, los investigadores advierten que estos delitos ya no son obra de improvisados, sino de personas con conocimientos técnicos avanzados. “Ya no es el típico estafador del cuento del tío. Hoy son ingenieros que se perfeccionaron y dominan herramientas de hackeo y fraude digital”, señalaron.
Ante este panorama, la Policía pampeana ha tenido que acelerar su formación en ciberseguridad y adaptarse a nuevas formas de investigación, aunque enfrentan trabas como la triangulación de cuentas bancarias, que dificulta el rastreo del dinero.
Por eso, insisten en la importancia de la prevención. Entre las recomendaciones clave: no brindar datos personales en sitios o mensajes sospechosos, no compartir claves bancarias ni códigos por teléfono, y verificar siempre la autenticidad de cualquier contacto que solicite información sensible.