El expresidente brasileño Jair Bolsonaro fue detenido de manera preventiva este sábado en Brasilia, luego de varios meses bajo prisión domiciliaria. La Policía Federal ejecutó la orden del Supremo Tribunal Federal (STF), que dispuso su traslado inmediato a un establecimiento penitenciario.

La medida corresponde a una prisión preventiva y no a la ejecución de la condena de 27 años que recibió en septiembre por conspirar para impedir la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva tras perder las elecciones de 2022. Desde agosto, Bolsonaro permanecía en su domicilio, monitoreado electrónicamente en un barrio privado de la capital brasileña, y a mediados de noviembre el STF había rechazado un recurso que pedía mantener ese régimen, ratificando que la condena debía cumplirse en prisión efectiva.

La detención se concretó pese al pedido que la defensa presentó el viernes para que Bolsonaro permaneciera en su casa “por razones humanitarias”. Sus abogados sostuvieron que el cambio de régimen implicaba un “riesgo de vida”, mencionando secuelas de la puñalada de 2018, múltiples cirugías, episodios de reflujo e hipo persistente que le provoca falta de aire, además de un diagnóstico reciente de cáncer de piel.

El plazo para presentar nuevos recursos contra la sentencia vence el próximo lunes, mientras el expresidente —referente central de la derecha y ultraderecha de Brasil— ya se encuentra bajo custodia en un penal de Brasilia.