La planta que la multinacional Mondelez tiene en General Pacheco, partido de Tigre, detendrá por completo su producción entre el 14 de diciembre y el 5 de enero. Serán 21 días sin actividad en una de las fábricas alimenticias más grandes del país, una medida inédita en su historia reciente y que impactará directamente sobre más de 2.300 trabajadores. Delegados de la planta calificaron la decisión como un “punto de inflexión” en medio de la recesión económica.
Según informó la empresa, el freno se debe a un exceso de stock acumulado por la fuerte caída del consumo durante 2024. Delegados señalaron que las ventas retrocedieron unas 13 mil toneladas respecto del año anterior. Con depósitos llenos y mayoristas que dejaron de comprar, la compañía resolvió paralizar temporalmente su operación.
El anuncio, hecho a fines de noviembre, confirmó lo que los trabajadores advertían desde mitad de año: el consumo no repunta, los salarios pierden contra la inflación y la recesión avanza incluso sobre firmas históricamente consolidadas.
Para evitar un conflicto mayor, la empresa y el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA) acordaron un esquema que combina una semana de vacaciones y otra de licencia paga. Unos 1.300 operarios se anotaron en esta modalidad, mientras que quienes no adhieran deberán presentarse en planta para tareas menores, sin actividad productiva. El acuerdo preserva beneficios clave: un bono de fin de año de $525.000 (a cobrar el 11 de diciembre), el paquete navideño y un voucher de $53.000 para la proveeduría interna. El bono será liquidado en enero para evitar descuentos de Ganancias.
Desde el gremio responsabilizaron al gobierno de Javier Milei por la caída del consumo, la producción y el empleo, y advirtieron que avanzar con una reforma laboral “es dinamitar aún más la estabilidad de los trabajadores”. Señalaron que la única reforma posible es la que genere empleo y reactive el mercado interno.
El parate de Mondelez se suma a un panorama más amplio: paradas de planta y despidos en la industria textil, automotriz y metalúrgica, y conflictos en firmas alimenticias como Tía Maruca y Georgalos. En septiembre, seis de las siete categorías del sector quedaron por debajo de la canasta básica, evidencia del deterioro del poder adquisitivo que afecta a miles de familias.
El 5 de enero, cuando las máquinas vuelvan a encenderse según lo previsto, se sabrá si se trató de una pausa excepcional o del inicio de un ajuste más profundo en una de las industrias clave del país. Pero para los trabajadores, el clima de preocupación ya está instalado hace tiempo.

