El Banco Central dio a conocer un informe sobre pagos minoristas que expone un fuerte deterioro en la cadena de pagos de la economía. Durante noviembre, los cheques rechazados por falta de fondos crecieron un 190 por ciento interanual, al pasar de unos 34 mil en noviembre de 2024 a 100.603 este año. En el acumulado de enero a noviembre, la cifra trepó a 798.119 cheques rechazados.
El volumen de rechazos se convirtió en un indicador claro de las dificultades que atraviesan comercios y pequeñas y medianas empresas, que ven interrumpido el flujo financiero por la falta de fondos y el encarecimiento del crédito. Lejos de reflejar una situación de estabilidad, los datos muestran un escenario de estrés sostenido en la actividad económica.
Según un relevamiento del Indec citado en un informe periodístico, un 30,9 por ciento de los empresarios considera difícil el acceso al crédito, mientras que un 22 por ciento evalúa como mala su situación financiera. Estos números coinciden con los registrados en octubre y marcan una tendencia persistente en las dificultades para sostener la operatoria cotidiana, especialmente en el sector industrial pyme.
De acuerdo al informe del Banco Central, en noviembre se rechazaron 152.737 cheques en total, frente a los 85.636 del mismo mes del año anterior, lo que representa un aumento del 78 por ciento. Dentro de ese universo, los rechazos por falta de fondos explican la mayor parte del salto, con un crecimiento interanual del 190 por ciento.
El promedio mensual de cheques rechazados por falta de fondos durante los dos años previos rondaba los 36 mil, pero en 2025 se produjo un quiebre abrupto, asociado al endurecimiento de las condiciones financieras y a la falta de liquidez en el mercado interno. En términos interanuales, el acumulado de enero a noviembre muestra un incremento del 131 por ciento respecto de 2024.
Otro dato relevante del informe es la fuerte suba en los montos involucrados. En noviembre, el valor nominal de los cheques rechazados aumentó un 373,8 por ciento interanual. Incluso ajustado por inflación, el incremento real fue del 260 por ciento, lo que indica que no solo circulan más cheques rechazados, sino también por montos cada vez más elevados.
El reporte del BCRA también reflejó una caída interanual del 34,6 por ciento en los pagos en cuotas con tarjetas de crédito durante noviembre, una señal adicional del deterioro del poder de compra y de la dificultad de las familias para sostener el consumo financiado, incluso en bienes esenciales como los alimentos.
En paralelo, la mora crediticia volvió a subir en octubre y alcanzó al 4,5 por ciento del crédito al sector privado, el nivel más alto en al menos cinco años. La irregularidad llegó al 7,8 por ciento en los préstamos a los hogares y al 1,9 por ciento en el financiamiento a empresas. En el caso de las familias, el aumento estuvo impulsado principalmente por los préstamos personales y las tarjetas de crédito.
Un dato particularmente preocupante surge del segmento joven: entre personas de 18 a 21 años, la morosidad alcanza el 41 por ciento. Se trata, en muchos casos, de jóvenes que se endeudan para estudiar o para colaborar con la economía familiar, reflejando el impacto social más profundo del actual esquema financiero.

