Periga comenzó a ejercer la docencia en el año 1996. Más de diez escuelas primarias pampeanas fueron testigo de esos inicios: se trasladó pueblo por pueblo, grado a grado, generando amistades y viviendo diversas experiencias.
A partir del año 2000, entre sus funciones, se desempeñó en las Escuelas Hogares N° 88 de La Humada y N° 107 de El Tala, y en 2017 accedió a la posibilidad de ser director de la Escuela Hogar N° 48 de Árbol Solo.
A través de los años, Ricardo se acercó a cada una de las familias de la zona para que los y las estudiantes puedan transitar y culminar la escolaridad obligatoria.
En tiempos de pandemia, se dirigió a los domicilios particulares para que los/as alumnos cuenten con las propuestas pedagógicas construidas por los y las docentes, además de entregarles los bolsones con alimentos.
“A medida que pasó el tiempo, me di cuenta que la docencia era mi vocación, era lo que realmente quería hacer a lo largo de mi vida. Siempre sentí mucha satisfacción, desarrollo mi labor con mucha responsabilidad y compromiso. Todavía hay mucho por hacer, los niños y niñas necesitan que los apoyemos para que en un futuro puedan desenvolverse en la sociedad”, dijo.
Hoy, en medio del retorno gradual y progresivo hacia la presencialidad plena, el director celebra el hecho de reunir a todos los estudiantes y docentes en su escuela.
“Hemos formado una gran familia, ya que entre docentes y no docentes nos acompañamos mutuamente para llevar a cabo cada una de las tareas institucionales. Quiero agradecerles a ellos y ellas por su compromiso y dedicación”, añadió.