Cruentos combates se registraban este viernes en el este y el oeste de Ucrania en lo que parecían ser algunos éxitos en términos militares de parte de las fuerzas invasoras rusas.
Las fuerzas rusas intensificaron su asalto a las ciudades ucranianas con nuevos ataques con misiles y bombardeos en los límites de la capital Kiev y la ciudad occidental de Lviv, limítrofe con Polonia, país que en los 23 días que lleva la guerra ya recibió más de dos millones de refugiados ucranianos, según las autoridades polacas en la frontera.
Por otra parte, el ejército ruso y sus aliados separatistas de la región del Donbass combatían en el centro de Mariupol, una ciudad portuaria sitiada del sureste del país, anunció el Ministerio ruso de Defensa.
“En Mariupol, las unidades de la (autodenominada) República Popular de Donetsk, con el apoyo de las fuerzas rusas, estrechan el cerco y combaten a los nacionalistas en el centro de la ciudad”, indicó el portavoz del ministerio, Igor Konashenkov.
La milicia separatista de Donetsk afirmó por su parte que más de 50 nacionalistas, incluyendo cinco mercenarios extranjeros, fueron eliminadas este jueves.
“En el último día durante las acciones conjuntas fueron destruidos 25 puestos de tiro, eliminados más de 50 nacionalistas, entre ellos cinco ciudadanos extranjeros”, dice el comunicado publicado por los rebeldes en el canal Telegram, reportó Sputnik.
El texto agregó que las tropas de Donetsk se apoderaron de un tanque, tres vehículos de combate de infantería y un vehículo blindado de personal.
Respecto de Lugansk, la otra provincia separatista de la zona del Donbass que también proclamó su independencia y fue reconocida como tal por ley por Moscú, el reporte oficial afirmó que las fuerzas rusas y los separatistas controlan ya el 90% del territorio.
En Mariupol las autoridades tenían expectativas de hallar más sobrevivientes en un teatro que albergaba unas 1.300 personas que se refugiaban allí y fueron alcanzadas por un bombardeo ruso. El jeves 130 sobrevivientes habían logrado salir de los escombros y se esperaba hallar algunos más, pero nada se supo desde entonces.
En el otro extremo, en el oeste, el alcalde de Lviv -también conocida como Leópolis-, Andriy Sadovi, anunció que “misiles” rusos habían destruido una fábrica cerca del aeropuerto de esa población del oeste del país.
“Varios misiles han impactado una fábrica de reparación de aviones. El edificio quedó destruido por los disparos. El funcionamiento de la fábrica había sido suspendido previamente, con lo que no hay víctimas por ahora”, escribió en Facebook.
Minutos antes, Sadovi había asegurado que el ataque no había impactado directamente en el aeropuerto.
Un periodista de la agencia AFP pudo observar una cortina de humo elevarse hacia el cielo en esa zona, así como vehículos de policía y ambulancias en esa dirección.
La ciudad de Lviv, por donde pasan gran parte de los ucranianos que huyen a otros países, no había sufrido ataques hasta el momento.
El gobierno ruso no confirmó esta acción denunciada por Ucrania, pero sí anunció que la aviación y la defensa antiaérea propias derribaron otros seis drones ucranianos, uno de ellos un Bairaktar, de fabricación turca, en un ataque que se produjo el jueves por la noche, informó este viernes el Ministerio de Defensa ruso, sin detallar la zona en la que tuvieron lugar las acciones.
“Anoche la aviación y la defensa antiaérea de la Fuerza Aeroespacial de Rusia derribaron en el aire a otros seis aviones no tripulados, uno de ellos un Bairaktar TB2”, dijo el portavoz de Defensa, el general mayor Ígor Konashenkov, en una comparecencia ante la prensa que reseñó la agencia de noticas rusa Sputnik.
En la ofensiva aérea, agregó, fueron destruidos 81 objetivos militares ucranianos, entre ellos cuatro lanzacohetes múltiples, tres centros de mando, ocho arsenales y equipos militares concentrados en 28 áreas.
Mientras tanto, crecen las expresiones de condena hacia Rusia por lo que varios líderes de occidente consideran acciones criminales de guerra de parte de las fuerzas invasoras, si bien Moscú también afirma que Ucrania cometió el mismo delito al lanzar bombas de racimo (prohibidas por la Convención de Ginebra) en la región del Donbass.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, afirmó que los ataques de Rusia contra civiles en Ucrania constituyen “crímenes de guerra”, luego de que el miércoles el presidente Joe Biden calificara al mandatario ruso, Vladimir Putin, de “criminal de guerra”.
El Kremlin había respondido previamente que imágenes que el presidente ucraniano Volodomir Zelenski había mostrado ante el Capitolio como pertenecientes a ataques militares rusos en Kiev, correspondían a acciones ucranianas en la región separatista.
El presidente de EEUU, Joe Biden, sostendrá una conversación telefónica con el líder chino, Xi Jinping, este viernes a las 10 (hora argentina), según la oficina de prensa de la Casa Blanca.
Blinken avisó que Biden le dejará en claro a Xi que China enfrentará consecuencias por apoyar la operación militar rusa en Ucrania
Mientras tanto, Ucrania acusó a Rusia ante el Consejo de Seguridad de la ONU de haber incurrido en desacato a la Carta de Naciones Unidas al no detener la invasión al territorio ucraniano después de que se lo ordenara la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
Pese a que el fallo de la CIJ es vinculante, “el Kremlin lo ignoró abierta y descaradamente” bajo la excusa de que no hay “acuerdo entre las partes”, afirmó el jueves el embajador de Ucrania ante la ONU, Sergii Kislitsia, en la reunión del Consejo.