De jueves a domingo la Semana Santa convoca a descubrir repasar los títulos que el cine viene ofreciendo desde principios del siglo veinte dedicados a la vida, pasión y muerte de Jesús, según acreditan los evangelios, y a veces con alguna trangresión, obras que reflexionan con acidez o con implacable actualidad acerca de la fe, tal como propusieron el inglés Terry Jones y su grupo Monty Python en “La vida de Brian” o el canadiense Dennys Arcand en “Jesús de Montreal”,
Hacia finales del siglo 19, se rodaron producciones de un rollo acerca de Jesús: los Hermanos Lumiere estrenaron “La vida y pasión de Jesucristo”, rodada en Bohemia, de quince minutos de duración, y poco después también circularon “Le Christ marchant sur flots” (1900), de George Mèliés, “La Passion du Christ” (1902) y “La vie du Jesús” (1904), de Ferdinand Zeeca según grabados de Gustave Doré y “Del pesebre a la cruz”, una producción muy costosa rodada en exteriores de Egipto y Palestina, y finalmente “Le Baiser de Judás” (1913), de Armand Bour,
En tiempos de ese cine silente, el segundo episodio de la monumental “Intolerancia” (1916), del cineasta estadounidense David Wark Griffith, tuvo como eje la misión y la crucifixión de Jesús, imponiendo el tema religioso en el gran cine hollywoodense, y desde ese capítulo clave de la historia del cine, la industria tomo conciencia que estas propuestas se convertirían en un género con fuerza propia, donde historias ya leídas infinidad de veces en los evangelios, volvían cada vez con más fuerza.
ESPECTÁCULOS
14-04-2022 11:47 – SEMANA SANTA
Cine de vigilia pascual: ver o rever relatos acerca de la fe y algo más
De jueves a domingo la Semana Santa convoca a descubrir o repasar los títulos que el cine viene ofreciendo desde principios del siglo veinte dedicados a la vida, pasión y muerte de Jesús, según acreditan los evangelios, y a veces con alguna trangresión, obras que reflexionan con acidez o con implacable actualidad acerca de la fe.
POR CLAUDIO D. MINGHETTI14-04-2022 | 11:47
De jueves a domingo la Semana Santa convoca a descubrir repasar los títulos que el cine viene ofreciendo desde principios del siglo veinte dedicados a la vida, pasión y muerte de Jesús, según acreditan los evangelios, y a veces con alguna trangresión, obras que reflexionan con acidez o con implacable actualidad acerca de la fe, tal como propusieron el inglés Terry Jones y su grupo Monty Python en “La vida de Brian” o el canadiense Dennys Arcand en “Jesús de Montreal”,
Hacia finales del siglo 19, se rodaron producciones de un rollo acerca de Jesús: los Hermanos Lumiere estrenaron “La vida y pasión de Jesucristo”, rodada en Bohemia, de quince minutos de duración, y poco después también circularon “Le Christ marchant sur flots” (1900), de George Mèliés, “La Passion du Christ” (1902) y “La vie du Jesús” (1904), de Ferdinand Zeeca según grabados de Gustave Doré y “Del pesebre a la cruz”, una producción muy costosa rodada en exteriores de Egipto y Palestina, y finalmente “Le Baiser de Judás” (1913), de Armand Bour,
Fragmento “Intolerancia” (1916)
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En tiempos de ese cine silente, el segundo episodio de la monumental “Intolerancia” (1916), del cineasta estadounidense David Wark Griffith, tuvo como eje la misión y la crucifixión de Jesús, imponiendo el tema religioso en el gran cine hollywoodense, y desde ese capítulo clave de la historia del cine, la industria tomo conciencia que estas propuestas se convertirían en un género con fuerza propia, donde historias ya leídas infinidad de veces en los evangelios, volvían cada vez con más fuerza.
Fragmento “Golgotha” (1935)
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Algunos años después, sería el cine francés con “Golgotha” (1935), de Julien Duvivier, protagonizada por Robert LeVigan como Jesús, Henry Baur como Herodes y Jean Gabin como Poncio Pilatos, que muestra los últimos días del hijo de Dios desde su entrada a Jerusalén, a la que seguirán dos mexicanas, “Jesús de Nazareth” (1942), de José Díaz Morales, con el argentino José “Pepe” Cibrián en el papel protagónico y “El mártir del calvario” (1952), de Miguel Morayta, con Enrique Rambal.
“Jesús de Nazareth” (1942)
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Es obvio que desde entonces, y de diversas maneras, el cine tomó temas religiosos, algunos con más despliegue, otros más discretos pero en todos los casos impactaron, no obstante se tuvo que esperar esperar el final de la Segunda Guerra Mundial y la irrupción del color en la pantalla grande, para lograr el efecto que Hollywood buscaba para este tipo de producciones destinadas a cautivar a un público masivo de cualquier edad y de cualquier nacionalidad.
Si bien hubo producciones con características épicas como “Quo Vadis?” (1951), el primer paso de materia de cine religioso, tal como se define este subgénero, fue con “El manto sagrado” (1953), de Henry Koster, con Richard Burton y Jean Simmons, cuyo título se refiere a el Sudario de Turín —también conocido como el Santo Sudario— una tela de lino que muestra la imagen de un hombre con marcas físicas propias de una crucifixión, sin lugar a dudas la de Jesús.
En “Los diez mandamientos” (1956), Moisés descubre que es judío y atiende el llamado de Dios, que le pide que libere a su pueblo de la esclavitud y los conduzca hasta la tierra prometida, no obstante el faraon Ramsés resistirá ese desafío, pero recién será “Rey de Reyes” (1961), nueva vuelta de tuerca a la cinta muda de 1926 dirigida por Cecil B. de Mille, con la impronta de Nicholas Ray, la historia del niño Jesús, cuando el rey que lo supone hijo del mesías, decide asesinar a todos los recién nacidos, y sus padres María y José, consiguen huir y salvarle la vida.
En 1959 William Wyler presentó su versión aggiornada de “Ben-Hur”, que al promediar la década del 20 ya había dirigido Fred Niblo con Ramón Novarro en 1929, que cuenta la vida de Judah Ben-Hur en relación con la tradición sobre la vida de Jesús de Nazaret, las dos con carreras de cuadrigas, la segunda con memorables trabajos de Stephen Boyd como Mesala y Haya Harareet como Ester, que ganó el Oscar a Mejor Película y otros diez más.
Esa primera etapa, que abarca cine mudo y sonoro con los cánones del cine hollywoodense, da paso a una segunda con el cine italiano posterior al neorrealista muy especialmente con Pier Paolo Pasolini, con su contundente “El Evangelio según San Mateo” (1964) que recrea la pasión de Cristo con crudeza e imágenes que parece tomadas del proletariado de su país en la posguerra, y una década después Roberto Rossellini con “El mesías” (1975), su último largometraje.
El 1965 llegó el momento para “La más grande historia jamás contada”, título desafiante sin lugar a dudas para una película de George Stevens, pero con algunas escenas dirigidas por Jean Negulesco y David Lean, toma la vida de Jesús de Nazaret según el Nuevo Testamento, en una versión original de 4 horas y 20 minutos, luego reducida en una hora y finalmente a casi la mitad, reunió a Max von Sydow que venía de ser gran estrella de Ingmar Bergman, con Charlton Heston y José Ferrer.
Sin embargo, para el gran público del mainstream, el gran sacudón había llegado poco antes con un musical titulado “Jesucristo Superstar” (1973), el imponente y transgresor musical de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice, que tuvo varios formato antes de llegar a la pantalla grande de la mano de Norman Jewison, que poco antes había sorprendido con su versión de “El violinista en el tejado”, un clásico de la cultura jasídica, basado en historias de Sholem Aleichem.
Trailer “Jesucristo Superstar” (1973)
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Su paso por el teatro fue polémico, pero no menos contundente el del cine, que se mete con la psicología de Jesús y se adentra en su historia desde el punto de vista de Judas Iscariote, que es retratado por un actor negro, como una figura trágica y disconforme con el rumbo que tomó la doctrina de su maestro, y plantea un enfrentamiento político y personal entre los dos que no aparece en la Biblia.
Fragmento “La vida de Brian” (1975)
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Durante el desarrollo de la trama se presentan numerosos anacronismos intencionales así como actitudes contemporáneas así como lenguaje moderno en las letras de las canciones. Esas formas de contar lo que hasta ese momento era patrimonio de la iglesia generó mucha polémica en todo el mundo, incluso la persecución de censuras que por entonces observaban con atención las referencias religiosas transgresoras de los cánones políticamente correctos,.
Trailer “La última tentación de Cristo” (1988)
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Aquí mismo en la Argentina al ser presentada en formato teatral en 1973 con producción de Alejandro Romay, a dos años de su estreno en Broadway, sufrió un atentado incendiario que terminó con la destrucción total del Teatro Argentino en el centro porteño, y la misma versión cinematográfica fue observada con mucha atención por los calificadores oficiales de aquel momento.
Trailer “Jesús de Montreal” (1989)
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Para compensar tanta religiosidad pura el grupo británico Monty Python lanzó la irreverente y desopilante “La vida de Brian”, la historia de Brian Cohen, que nace en el portal de un establo, a unos pasos del lugar de nacimiento de Jesús, lo que en un principio confunde a los Reyes Magos, que venían a alabar al “rey de los judíos”. Estos ofrecieron los tres regalos de oro, incienso y mirra, a la madre de Brian, Mandy pero se dan cuenta de su error y regresan para recuperarlo..
Trailer “El joven Mesías” (2016)
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La contrapartida con venia oficial de la iglesia habría de llegar con “Jesús de Nazaret” (1977), del italiano Franco Zeffirelli, acerca del nacimiento, vida, ministerio, muerte y resurrección del personaje epónimo y que toca los cuatro evangelios, de acuerdo a las interpretaciones de Robert Powell, Olivia Hussey y Anne Bancroft, con guión de Anthony Burgess (“Naranja Mecánica”) y Suso Cecchi D’Amico y qué poco tiempo después habría de convertirse en una miniserie.
“El Evangelio según San Mateo” (1964)
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Es vox populi que el cineasta estadounidense Martin Scorsese confesó que en su juventud estuvo a punto de seguir el sacerdocio pero que finalmente se dedicó a comulgar con el séptimo arte, una profesión que le permitió tomar el libro de Nikos Kazanzakis (autor de la recordada novela “Zorba, el griego”) “La última tentación de Cristo” (1989), relato que por polémico nadie quería producir, y lograr una pequeña.gran obra maestra acerca de que hubiese ocurrido si Jesús no hubiese sido crucificado, protagonizado por Williem Dafoe.
Trailer “La Pasión de Cristo” (2004)
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De ese mismo año es la también desafiante “Jesús de Montreal”, del canadiense Dennys Arcand, con Lothaire Bluteau, Catherine Wilkening y Johanne-Marie Tremblay, en la que un grupo de actores y amigos, ponen en escena una representación de la pasión de Cristo, pero traen los hechos al presente, y ellos mismos se convierten en los protagonistas de una historia que mucho se parece a la representada, cosa que inquieta a la iglesia que los respalda.
Para el final de este repaso de obras que pueden verse en diferentes plataformas digitales, quedan dos propuestas bien diferentes entre sí. La primera es “La Pasión de Cristo” otro hiper polémico relato acerca de los últimos días, protagonizado por John Cavizel, con violencia expuesta en primer plano, con diálogos en arameo, latín y hebreo, así como una gran puesta en escena, en la que también participan Mónica Belucci y Maia Morgenstern.
La última de esta lista es “El joven mesías” (2016), de Cyrus Nowrasteh, según la novela “El mesías, el niño judío”, de Ann Rice, autora de varios best selles y la saga gótica “Crónicas vampíricas”, que toma a Jesús a sus siete años, cuando de retorno a Egipto a su casa en Nazaret descubre la verdad hasta entonces sólo conocida por sus padres.