Lionel Messi volvió a la cima del fútbol mundial, al proclamarse ganador del premio The Best que la FIFA entregó este lunes en Milán. El astro argentino compitió en la terna con Cristiano Ronaldo y Virgil van Dijk de Juventus y Liverpool respectivamente. A pesar de no haber finalizado la temporada en forma ideal, el argentino ganó La Liga española y convirtió 51 goles en 50 partidos.
Es la primera vez que “La Pulga” obtiene el premio The Best, antes lo hicieron Cristiano Ronaldo dos veces (2016-2017) y Luka Modric (2018). Hasta el 2015, FIFA y la revista France Football unificaban el premio máximo en el “Balón de Oro”, a partir del 2016, la FIFA entrega el The Best y la revista francesa sigue con el anterior galardón. Con este premio, el rosarino vuelve a ganar una distinción máxima, el último había sido el FIFA Balón de Oro del 2015, con este suma ya 15 premios individuales, al igual que Cristiano Ronaldo.
Lionel Messi recibió el premio en manos del presidente de la FIFA Gianni Infantino, fue uno de los más aplaudidos de la noche. Sobre el final dedicó palabras de agradecimiento a los encargados de la votación, a sus compañeros de equipo y expresó su alegría por poder compartirlo con su mujer Antonella Rocuzzo y sus hijos.
Las palabras de Messi tras quedarse con el premio:
“Antes que nada quiero agradecerles a todos los que decidieron que este reconocimiento sea para mi. A pesar de que son lindos, para mi los premios individuales son secundarios, pero está lo colectivo. Es una noche especial para mi, tengo la suerte de tener sentada ahí a mi mujer y a dos de mis tres hijos. Es la primera vez que están acá. Thiago estuvo en una de estas galas y era muy chiquito. Son dos enamorados del fútbol y están enloquecidos de ver a los jugadores alrededor, con vergüenza, no saben si saludar si pedir fotos…Ciro quedó en casa, le mando un saludo. Es una noche extraordinaria”, señaló el genio, fiel a su estilo austero en los discursos, frente a las caras de felicidad de su familiares que lo apoyaron desde la platea del teatro La Scala, en Milán.