El presidente finlandés, Sauli Niinistö, y la primera ministra, Sanna Marin, se pronunciaron ayer a favor de la entrada de su país en la OTAN y comenzaron el proceso de solicitud, que será formalizada en los próximos días y lo antes posible. Las alarmas de Rusia se encendieron porque el país comparte 1300 kilómetros de frontera con Finlandia.
Ante esta situación, el portavoz ruso Dmitri Peskov expresó “las respuestas contra Finlandia dependerá del grado de aproximación de la infraestructura militar de la Alianza a las fronteras de Rusia. Se analizará la situación y se aplicarán las medidas necesarias para garantizar nuestra seguridad”.
El expresidente, antiguo jefe del Gobierno y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvédev, alertó ayer a través de Telegram que “los países de la Alianza, que llenan de armas Ucrania, adiestran a sus tropas para usar equipo occidental, envían mercenarios y realizan maniobras cerca de nuestras fronteras, alimentan la probabilidad de un conflicto directo y abierto entre la OTAN y Rusia”. Indicó que “un conflicto así siempre tiene el riesgo de convertirse en una guerra nuclear en toda regla. Eso sería un escenario desastroso para todos”.
El mes pasado, Medvédev ya advirtió en su cuenta de Telegram que, si Finlandia y Suecia se unen a la OTAN, habrá que olvidar el estatus no nuclear de la región del Báltico. Aseguró que, si los dos países escandinavos se integran en el bloque atlántico, las fronteras terrestres de la OTAN con la Federación Rusa duplicarán con creces su longitud. Naturalmente, la defensa de estas fronteras deberá fortalecerse.