Dijo que no hay pruebas para culpar al viudo, que es el único acusado por el crimen ocurrido hace 15 años en la ciudad de Río Cuarto. “La prueba me dejo sólo”, remató y crítico la investigación realizada.
El fiscal Julio Rivero no acusó al viudo Marcelo Macarrón por el crimen de su esposa Nora Dalmasso, ocurrido el 25 de noviembre de 2006 en la ciudad cordobesa de Río Cuarto.
Así lo hizo al realizar duras críticas a la investigación contra sus colegas, la policía e incluso los médicos y peritos forenses. Además, Rivero rechazó la hipótesis de que Macarrón pagó para ordenar el asesinato de quien era su esposa.
“No puedo torcer la voluntad de la prueba, soy el abogado de la sociedad y siento orgullo pero eso no me autoriza a acusar por acusar”, sostuvo y agregó: “La prueba me dejó solo”.
“La acusación de Pizarro nadie la controló”, dijo en referencia a la investigación que hizo el último fiscal que intervino en la causa.
“Está lleno de hechos neutros que no me dicen nada”, aclaró y agregó: “Sería un acto de irresponsable acusar a Macarrón de homicidio por promesa o pago remuneratorio”.
En su alegato, el fiscal Rivero apuntó directamente a la Policía al recordar que el día del asesinato, mientras se buscaban huellas en la vivienda donde Dalmasso estaba muerta, efectivos de la fuerza “se comieron un lomito sobre la mesa”. Y también recordó que no contaban con suficientes hisopos para levantar rastros de la víctima y que hasta se le permitió a un cura manipular su cuerpo.
Marcelo Macarrón llegó al juicio acusado por el delito de “homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y por precio o promesa remuneratoria en concurso ideal”. A esa acusación había llegado el fiscal Luis Pizarro, que fue el último que instruyó la causa.
Además, Rivero señaló al tratamiento que se le dio a la víctima a lo largo de los años: “A Nora la matamos todos los años porque se enseñaron con ella, como la Nora era linda y de ojos celestes ´por algo le pasó´. Ya está muerta la Nora, no la maten más”, pidió.