El estado de Nueva York confirmó más de 1400 casos de viruela del mono, por lo que la gobernadora, la demócrata Kathy Hochul, declaró el estado de emergencia. “Esto nos permite responder con mayor rapidez y permite a los profesionales de la salud tomar medidas adicionales que ayudarán a vacunar a más neoyorquinos”, sostuvo Hochul sobre la medida.
La gobernadora aseguró que más de uno de cada cuatro casos de viruela del mono en Estados Unidos se encuentra en Nueva York, lo que actualmente tiene un “impacto desproporcionado en los grupos de riesgo”, afirmó.
La declaración de emergencia, en donde se informa el aumento de casos, autoriza a las agencias del estado a destinar fondos y recursos para ayudar a las localidades a luchar contra esta enfermedad. “Los departamentos de salud locales que participan en las actividades de respuesta y prevención podrán acceder a un reembolso estatal adicional, una vez que se hayan maximizado otras fuentes de financiación federales y estatales, para proteger a todos los neoyorquinos y, en última instancia, limitar la propagación de la viruela del mono en nuestras comunidades”, aseguraron en un comunicado de prensa.
En junio en Nueva York activaron un sistema de información para teléfonos celulares sobre la viruela del mono. Enviando el mensaje de texto “MONKEYPOX” o “MONKEYPOXESP” al número de teléfono local (81336) los ciudadanos pueden obtener respuestas que incluyen información sobre los síntomas y la transmisión de la enfermedad y sobre las pautas de actuación después de haber estado expuesto.
Las personas de mayor riesgo de contraer la enfermedad son aquellos que mantuvieron contacto físico cercano con un infectado, una pareja sexual infectada o que tuvieron relaciones sexuales en un zona donde se ha identificado un brote de viruela del mono.
Por otro lado, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos han determinado que la vacuna JYNNEOS, específica contra esta enfermedad, se ofrezca de manera prioritaria a todos los grupos de riesgo.
Para finalizar, Hochul sostuvo que están trabajando “contra reloj para asegurar más vacunas, ampliar la capacidad de testeos y educar a los neoyorquinos sobre cómo mantenerse seguros”.
Mientras, el Ministerio español de Sanidad confirmó el día de ayer la segunda muerte en España por la viruela del mono, en el país ya son 4.298 los casos confirmados, de acuerdo con los últimos datos de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Renave).
Se trata de un hombre de 31 años que se encontraba ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario Reina Sofía de la ciudad de Córdoba (sur), informaron fuentes sanitarias. Las muestras tomadas durante la necropsia, que están siendo estudiadas, determinarán si la causa del fallecimiento es meningoencefalitis u otra patología.
El primer fallecido, en la Comunidad Valenciana, era también un hombre joven, indicaron las mismas fuentes, y se siguen investigando los motivos exactos de la muerte, aunque los indicios apuntan a una encefalitis asociada a la infección que provoca el virus.
Ambos fallecimientos han sido comunicados por la autoridades sanitarias españolas a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a la Comisión Europea.
Del total de los 4.298 casos confirmados en España por la Renave, más de 4.000 eran hombres y solo 64 mujeres, y la edad oscila entre 10 meses y 88 años, con una media de edad de 37 años. Según estos datos, 3.458 eran hombres que mantienen sexo con hombres (de los 4.148 pacientes de los que se dispone de este tipo de información).
Se dispone además de información sobre el mecanismo de transmisión más probable en 2.253 casos, siendo en el 82,1% por contacto estrecho en el contexto de una relación sexual y en el 10,5 % por contacto estrecho no sexual. Como en el resto de países, los casos han sido identificados fundamentalmente en población HSH (hombres que tienen sexo con hombres), principalmente en el contexto de las relaciones sexuales de alto riesgo.
Sin embargo, las autoridades sanitarias españolas alertan de que si esa transmisión sostenida no es controlada “de manera óptima” hay un riesgo importante de que se desplace a otros grupos poblacionales por el mismo mecanismo de transmisión, “siendo posible la afectación de otros grupos y la aparición de casos graves en poblaciones vulnerables”