Durante la segunda jornada del juicio oral que se le sigue en el Centro Judicial a Marcelo Darío Agüera, por el femicidio de Mirta Inés Fetter, hoy declararon siete testigos: una médica, dos bioquímicas, un subcomisario y tres integrantes de la Agencia de Investigación Científica, dependiente de la Procuración General.
Agüera, de 39 años, está acusado de homicidio doblemente calificado, por la relación de pareja y por femicidio, un hecho que el fiscal Cristian Alejandro Ramón Casais valoró en el marco de la ley 26485 de Protección Integral a las Mujeres. Su defensa es ejercida por la defensora oficial Silvia Mariel Annecchini.
El Tribunal de Audiencia está conformado por la juez Alejandra Flavia Ongaro y los jueces Gastón Boulenaz y Andrés Aníbal Olié. En el proceso también interviene, como querellante particular, la Secretaría Provincial de la Mujer, Género y Diversidad a través de las abogadas Flavia Yanet Rubín y Silvana Andrea Abraham.
¿Qué se le imputa a Agüera? Que el 7 de enero de este año, en su casa del barrio Los Hornos, golpeó a su pareja en el cabeza y en el cuerpo y que, como consecuencia de esas lesiones, Fetter falleció cuatro días más tarde.
La médica forense, Romina Meneguzzi, participó de la autopsia a la víctima. Ella aseguró que la herida debajo de la oreja derecha que tenía Fetter fue producida “con o contra un elemento contuso” y que esa lesión fue la que derivó en su deceso. Ante una pregunta, asintió que el alcoholismo pudo ser un factor coadyuvante en la muerte.
Ocurre que la fiscalía, subsidiariamente, planteó en el alegato de apertura la calificación original de homicidio doblemente agravado, aunque –debido a los problemas de alcoholismo de Fetter– en grado de tentativa.
Lo que descartó Meneguzzi fue que la herida en el rostro fuera causada por un ladrillo cerámico, la versión que habría dado Agüera antes de llegar al juicio, aunque no fue confirmada porque ayer dijo que declarará más adelante.
Justamente el tema de los ladrillos cerámicos tuvo relevancia en la jornada de hoy. La responsable del Laboratorio de Genética Forense, Cecilia Bobillo, sostuvo que no tuvieron material genético suficiente como para poder identificar a quién correspondía la sangre hallado en uno de ellos. Su colega Alena Foltynek aseguró que en uno de los laterales de los ladrillos pudo detectarse “una pequeña mancha de sangre humana, de menos de medio centímetro”, para dar idea de porqué fue imposible saber de quién era la sangre.
Cristian Berón, de la AIC, que encabezó los dos allanamientos realizados en la vivienda del acusado, explicó que en el segundo –realizado el día que murió Fetter– recogieron ambos ladrillos y que, a simple vista, no tenían manchas de sangre. Agregó que no se detectaron en la casa de Agüera “signos de arrastre” aunque sí “una gran concentración de sangre y humedad, como si hubieran arrojado agua” en el lugar donde la policía encontró a la mujer, luego que el propio imputado llamara al 101.
Por último, Luciano Merini y Gustavo Talamona, también de la AIC, no aportaron datos de importancia; mientras que el subcomisario Diego Garello afirmó que en el allanamiento del 12 de enero constataron, a través de la técnica del luminol, manchas de sangre en el piso.