El comicio, central para toda la región por el tamaño económico y político del país y en el cual están habilitados 156 millones de brasileños, elegirá entre un segundo mandato para el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro o el regreso al poder de su contendiente de centroizquierda, el ex mandatario Luiz Inacio Lula da Silva.
Estas dos figuras polarizaron la elección, dejando muy atrás a los otros postulantes, cuyos votos de este domingo pueden ser centrales si hay segunda vuelta, prevista para el 30 de octubre. En esa línea lejana, los principales jugadores sin posibilidades son el centroizquierdista Ciro Gomes, un ex ministro de los gobiernos de Lula y la abogada y senadora de centroderecha Simone Tebet.
El tercer y último debate, el jueves pasado, cargado de cruces de insultos entre los dos principales candidatos, por su vulgaridad dejó abierto el interrogante del destino del voto de los indecisos, una fracción pequeña pero que puede ser determinante sobre si habrá balotaje.
“Siempre hubo polarización política en Brasil pero hoy se ve un enfrentamiento en el que el adversario pasa a ser un enemigo”, con toda la violencia que eso acarrea, explicó el politólogo André César, de la consultora Hold, citado por la prensa. Hubo numerosos casos de asesinatos políticos en esta campaña, todas en reyertas que en su mayoría costo la vida a partidarios del ex presidente.
Lula ha llamado a un voto masivo en un esfuerzo para evitar el balotaje, pero además con la pretensión de que la contundencia del resultado disuelva los temores de una reacción violenta ante un presidente que ha sugerido que podría aferrarse al poder denunciando un supuesto fraude en el comicio.
Partidarios de Bolsonaro han llamado en las redes y con una lluvia de mensajes en los celulares, a que no se acepte el resultado si gana el líder del PT. Estos sectores muy radicalizados y muchos de ellos armados, prometen una violenta protesta contra los tribunales electorales de Brasilia.
Es al estilo de la rebelión de enero de 2021 en el Capitolio de EE.UU. estimulado en Washington por el entonces presidente Donald Trump, un episodio reivindicado públicamente aquí por los hijos legisladores del presidente brasileño y por el propio mandatario. Trump, justamente, ha llamado a votar por Bolsonaro, un ex capitán del Ejército, a quien considera un aliado leal.
Bolsonaro volvió a desacreditar esta semana las encuestas y cuestionar sin pruebas la fiabilidad de las urnas electrónicas, además de tratar públicamente de “cobarde” y “mentiroso” al titular del Tribunal Superior Electoral, Alexandre de Moraes, la máxima autoridad de este comicio.