En el cuarto día del juicio oral y público que se le sigue a Marcelo Darío Agüera, por el femicidio de Mirta Inés Fetter, el testimonio más destacado fue el de la madre de la víctima. La mujer afirmó que su hija le aseguró que el acusado la golpeó porque quiso irse a su casa y él no la dejó.
De acuerdo a la teoría del fiscal Cristian Alejandro Ramón Casais, el viernes 7 de enero pasado, en su vivienda del barrio Los Hornos, Agüera golpeó a su pareja en la cabeza y en otras partes del cuerpo y luego llamó a la policía diciendo que se había caído. Fetter, de 39 años, murió a los cuatro días a raíz de esas lesiones.
“Yo la vi el sábado a la mañana en el hospital Lucio Molas. Mi hija me contó que se quería ir a la casa y él (por Agüera) no la dejó. ‘Vos no te vas de acá’, le dijo. Ahí fue que la tiró al piso, la revolcó y la golpeó”, declaró Angélica Villar.
Ante preguntas de las partes, la madre de Fetter señaló que le pegó en los brazos y en las piernas, que todos los golpes fueron el mismo día y que ella estaba lúcida cuando le relató esa situación.
Villar agregó que ese sábado volvió al nosocomio a la tarde, que el domingo no concurrió y que regresó el lunes 10 a buscarla, junto a un hijo, porque a Mirta le habían dado el alta. “Fuimos en remís a mi casa. Llegamos y almorzamos junto a mi marido y mis hijos. Luego no acostamos un rato. Mirta se fue a su habitación. Después vimos que no se levantaba. La nena mayor (por la hija de la víctima) fue a ver qué le pasaba y se dio cuenta que no reaccionaba. Ahí llamamos a la ambulancia. La trasladaron al hospital de Toay y más tarde al Molas”, indicó la madre.
– ¿Su hija le contó lo de los golpes a alguien más?
– A mí y a la nena (por su nieta).
La defensora oficial de Agüera, Mariel Annecchini, quiso saber si la víctima concurría al Centro Guadalupe para tratarse de sus problemas de alcoholismo. Villar respondió que había empezado a consumir en 2016, después de la muerte de su esposo, pero que ya estaba recuperada. “Fue a la psicóloga por ese tema y siguió yendo después de recuperarse”, acotó.
– ¿Sabe si hacía poco que lo conocía a Agüera?
– No sé.
– ¿Le dijo con qué le pego?
– Fue un puñetazo.
El hermano de Mirta, Miguel Sebastián Fetter, manifestó que conocía a Agüera “de verlo en el pueblo” y que su mamá lo llamó por teléfono para contarle que el imputado había golpeado a su hermana y que estaba internada. “Me contó que habían comido y tomado algo en la casa de un vecino y que ella se quería ir. Él le dijo que no, ella insistió y terminó pegándole una trompada y golpeándola en el piso”, aseguró el testigo.
A su vez, el padre Miguel Ángel Fetter manifestó que no conocía a Agüera y que tampoco sabía que su hija mantenía una relación con él. Indicó que estaba trabajando y que supo lo sucedido cuando su esposa lo telefoneó. “Me dijo que ese muchacho (por el acusado) la había golpeado y que estaba internada”, expresó.
El hombre acotó que cuando le dieron el alta “la vi en casa. Ella estaba mal, tenía el ojo negro, caminaba mal y se agarraba la cabeza. Nosotros almorzamos y después nos acostamos. Cuando terminamos de almorzar ella se tomó dos Bayaspirinas porque se sentía mal. Yo pude verle todos los golpes cuando estaba en la cama y ya se había descompensado”.
Luego, durante el interrogatorio de la defensa, Fetter señaló que no sabía desde cuándo salía con Agüera, que su hija “era de poco hablar, solo hablaba con la madre y su hija” y que “sabía que ella tomaba”. “Estuvo tratándose en el Centro Guadalupe y salió mejor; pero después empezó a tomar de vuelta”, acotó.
Otros testimonios
Soledad Bustos es pareja de un amigo de Agüera. Manifestó que “el sábado a la tarde o el domingo a la mañana” el acusado estuvo en su casa “tomando mates con mi marido”. Allí contó que había conocido a Fetter hacía tres días en un bar y que “eran novios”. Cuando le preguntaron por la víctima, respondió que no la conocía y que simplemente la había visto una vez en la calle.
Una enfermera del hospital “Segundo Taladriz”, de Toay, Sonia López, declaró que estuvo presente cuando Fetter ingresó por primera vez allí. “Entró caminando. El médico de guardia le hizo las curaciones y yo la acompañé al hospital Molas. En todo momento dijo que se había caído de la cama. Nunca dijo que la hubiera golpeado. Para mí no eran heridas de haberse caído de una cama”, manifestó.
Finalmente testificaron una trabajadora social, Mónica Puifil, y una psicóloga, Guadalupe Iglesias, quienes trataron a Fetter por su alcoholismo y ambas coincidieron en destacar su situación de vulnerabilidad.
La primera contó que la víctima era “una persona frágil”. Consultada por la defensa si en alguna ocasión la atendieron por una caída, respondió negativamente. Sin embargo, Annecchini le hizo saber que en la historia clínica figura que había referido un dolor por caída; a lo que la testigo contestó que no lo recordaba.
Por su parte, Iglesias dijo que Mirta fue su paciente durante tres años, que tenía “una personalidad de tipo dependiente” y que era “muy tímida e introvertida”. Luego de una recaída, y con la asistencia de un acompañante terapéutico, comenzó a recuperar su autonomía y su autoestima. “Hubo avances. Empezó a socializar, acompañó a su hijo para que termine el secundario… Ella quería enamorarse, estar en pareja. Eso era parte de su proyecto de vida, sentirse amada y querida”, concluyó la psicóloga.
El debate, a cargo de la jueza Alejandra Ongaro y los jueces Gastón Boulenaz y Andrés Olié continuará mañana. Agüera, que aún no declaró, está acusado de homicidio doblemente calificado, por la relación de pareja y por femicidio, hechos valorados en el marco de la ley 26485 de Protección Integral contras las Mujeres. Como querellante interviene la Secretaría Provincial de la Mujer, a través de sus abogadas Flavia Yanet Rubín y Silvana Andrea Abraham.