En busca de mantener viva la ilusión de clasificarse a la próxima edición de la Copa Sudamericana San Lorenzo visitó Junín y se llevó tres puntos vitales: le ganó 4-2 a Sarmiento en el estadio Eva Perón, por la fecha 26 de la Liga Profesional de Fútbol 2022. Con este resultado, el Ciclón queda 12 en la tabla anual, a tan sólo tres puntos de Estudiantes de La Plata, el último clasificado hasta el momento al certamen continental.
Un primer tiempo a puras emociones en Junín. Desde los primeros minutos del encuentro, el equipo del Gallego Insúa logró imponer condiciones y pudo pegar de entrada: al minuto 17, Malcom Braida ensayó una gran jugada individual, amagó, se perfiló y sacó el derechazo (hubo un roce en un defensor), que venció la resistencia del arquero.
Sin embargo, minutos más tarde, la respuesta de los dueños de casa no iba a tardar en llegar. A los 24 de la primera parte, Luciano Gondou entró en escena, apareció por el segundo palo y con un gran cabezazo letal puso cifras iguales en el marcador de forma parcial.
No obstante, los de Boedo no se iban a quedar con los brazos cruzados y con la Sudamericana entre ceja y ceja fue con gran ímpetu, fluidez de juego y un Nahuel Barrios estelar, en busca de dar vuelta la serie. Lo consiguieron y en una ráfaga lograron gritar dos goles en cuatro minutos. Al 41, Andrés Vombergar clavó un derechazo al ángulo para el delirio de todo el banco azulgrana, mientras que a los 44, quien apareció fue Adam Bareiro para sellar el 3-1 momentáneo, con un gran gol de derecha y desde afuera del área.
Ya en el complemento, las emociones no ibas a cesar. Cuando los de Israel Damonte parecían acercarse al tan ansiado descuento, Braida reapareció. A los 15 minutos del segundo tiempo, el delantero capitalizó un rebote luego de un defectuoso despeje de la última línea local y tras un desvió en una pierna verde logró dejar clavado contra el piso a Meza, quien nada pudo hacer para salvar el cuarto tanto de los visitantes.
Pero no iba a quedar ahí. A los 35 minutos de la segunda parte, Franco Quinteros pisó el área, recibió un preciso centro rasante desde la derecha y con Augusto Batalla ya rendido -y el arco a su merced- el lateral izquierdo tan sólo tuvo que empujarla para descontar.