El Puente de la Mujer es una moderna obra de ingeniería, pero también una pieza de arte de vanguardia. Representa la imagen de una pareja que baila el tango: el mástil blanco simboliza al hombre y la silueta curva, a la mujer. Es también la primera obra en Latinoamérica del español Santiago Calatrava, creador de algunas de las edificaciones más modernas del mundo.
El diseño representa la identidad porteña. Al hombre, Calatrava lo asoció con la torre y a la mujer, la dibujó en forma horizontal. El nombre del Puente de la Mujer tiene que ver con la denominación de las calles de Puerto Madero, que llevan nombres de grandes mujeres como Alicia Moreau de Justo, Azucena Villaflor, Juana Manso, Encarnación Ezcurra y Victoria Ocampo, entre muchas otras.
Ubicado en el Dique 3, alineado con la Avenida de Mayo, este puente peatonal de 170 metros de largo y 6,18 metros de ancho vincula el borde oeste con el este y soporta hasta 120 personas caminando al mismo tiempo. Fue construido en España por encargo del empresario Alberto González, quien estuvo a la cabeza de los emprendimientos del Hotel Hilton y del complejo Madero Este.
El puente fue transportado en piezas y el emplazamiento estuvo a cargo de Claudio Breuning. La inauguración se llevó a cabo el 20 de diciembre de 2001, en uno de los momentos más convulsionados de la Argentina, pero eso no impidió se convirtiera en una postal de Buenos Aires.
La obra tiene una particularidad: uno de sus tres tramos, el del medio, gira a 90 grados sobre su eje permitiendo el paso de embarcaciones a través del dique. El elemento móvil es una estructura autoportante, que se sostiene por un mástil inclinado de 34 metros de largo. Desde esta estructura de acero y hormigón, cuelgan una serie de cables de acero que soportan el tramo que gira.
En 2018, la Legislatura porteña lo declaró monumento al considerarlo Patrimonio Cultural de la Ciudad. En noviembre de 2021, un mes antes de que celebrara sus dos décadas, el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana, lo intervino con madera plástica, que se obtuvo de 100.000 “botellas de amor”, que fueron recicladas para cubrir los más de 800 m² de superficie que tiene el puente. Durante el desarrollo de los trabajos, se retiró la madera existente y se hizo una limpieza integral de la estructura a través del hidrolavado. Luego, se protegió la superficie con pintura anticorrosiva y se colocó el nuevo deck de madera sustentable.
El Puente de la Mujer une a la Buenos Aires más tradicional, la de la Casa Rosada, la Plaza de Mayo, el Cabildo y la decena de edificios históricos que los rodean, con ese emprendimiento noventoso y de alta gama que es Puerto Madero. Un nexo entre dos lugares de la ciudad bien disímiles arquitectónicamente, pero unidos por un espíritu de progreso que no se detiene.