Hay dos fallecidos y al menos 400 viviendas perdidas por un incendio en la zona alta de Viña del Mar, a 120 km al oeste de Santiago. El presidente chileno, Gabriel Boric, declaró el estado de emergencia para poner todos los recursos del Estado a disposición de los ciudadanos que están en medio de las llamas. Hasta el momento lo que informaron es que la catástrofe es de tal magnitud que se tardará varios días en apagar el fuego.
“No los dejaremos solos”, fueron las palabras que usó el presidente Boric a través de su cuenta de Twitter. “Nuestra prioridad como Gobierno de Chile está en la seguridad de las personas y seguiremos desplegando todos los recursos necesarios para controlar la emergencia”, agregó el mandatario, quien estuvo en el lugar y encabezó una reunión del gabinete de emergencia antes de recorrer las zonas afectadas.
“El presidente de la república ha instruido declarar el estado de excepción constitucional de catástrofe por calamidad pública” en la región de Valparaíso, anunció el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve. Por este motivo un jefe de Defensa Nacional tendrá facultad, eventualmente, para limitar derechos constitucionales y para tomar control y requisar todos los bienes que se requieran para enfrentar la emergencia de la zona.
“Hubo una respuesta muy rápida al inicio de este incendio, pero a pesar de ello, producto del lugar donde se desarrolla, de las condiciones climáticas, del viento y de la presencia de material combustible, se extiende con mucha agresividad y rapidez”, explicó Monsalve.
Las autoridades detallaron que el incendio se mantiene activo en tres áreas forestales, y que trabajan para controlarlo con 11 brigadas terrestres, 10 helicópteros y se espera la llegada de dos aviones cisterna.
“Hay muchas zonas en las que no se que pueden entrar, porque el fuego no ha terminado y tenemos focos activos”, afirmó la ministra del Interior y Seguridad, Carolina Tohá, que se trasladó hasta la región de Valparaíso.
El siniestro, que comenzó como incendio forestal, se inició en los cerros de Viña del Mar y avanzó favorecido por fuertes ráfagas de viento a través de quebradas hasta llegar a los sectores habitados, la mayor parte de ellos de bajos recursos, con viviendas de construcción liviana y calles estrechas.
Las llamas consumieron en pocas horas quebradas y cerros hasta llegar a los sectores más bajos y habitados de este balneario de la costa central chilena, vecino al turístico puerto de Valparaíso.
El comandante del cuerpo de Bomberos de Viña del Mar, Patricio Brito, fue el encargo de dar los informes en la mañana del jueves. Primero afirmó que “se están quemando aproximadamente 200 casas”, pero con el correr de las horas confirmó hasta ahora dos fallecidos y más de 400 viviendas quemadas.
La alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti, dijo el viernes que “la consolidación de la cifra” de viviendas destruidas está en desarrollo. “Manejamos un rango de 200 a 500 casas (afectadas). A las 5 horas teníamos 131 ratificadas, pero son muchísimas más”, sostuvo.
La Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) por su parte remarcó que era un “incendio con rápida propagación, alta intensidad calórica y dispersión”, el que había afectado preliminarmente a unas 110 hectáreas. Es por esto que se decretó la “alerta roja” comunal para Viña del Mar y se ordenó evacuar los sectores Tranque Sur, Puerto Montt, Puerto Aysén, Cabritera, Forestal Alto, Siete Hermanas y el asentamiento informal llamado “Felipe Camiroaga”.
El fuego fue alentado por ráfagas de viento de entre 40 y 50 kilómetros por hora que complicaba el trabajo de brigadistas forestales y bomberos. En el combate del siniestro trabajaron 150 brigadistas forestales y 400 bomberos, casi todos de compañías de la región de Valparaíso y algunos que llegaron desde la región Metropolitana de Santiago.
“Perdimos todo, documentos, vehículo. Lo que más siento son unas perritas que se me quedaron adentro. Están por ahí, muertas”, dijo a la AFP Óscar González, en el sector Forestal de esa localidad. “El incendio empezó por allá arriba, por (el sector de) Rodelillo. Todos mirábamos y no nos dimos cuenta cuando el incendio lo teníamos aquí abajo. Las casas se venían quemando una tras otra, hasta que llegó a la mía, y pasó al otro lado. Está todo quemado. Prácticamente se quemó toda la población”, detalló Daniel Velázquez, de 66 años.
“Necesitamos camiones para que puedan sacar todo el escombro que tenemos acá, así poder limpiar nuestras casas, porque las cenizas pueden saltar. Quedamos sin nada, se quemó todo”, clamó Javiera Lagos, una profesora de 29 años.