El futbolista dio detalles de una charla que mantuvo con su novia en el momento más dramático del Mundial.
Rodrigo de Paul disfruta el título de campeón del mundo. A un mes y medio de la consagración, el futbolista habló de la lesión que casi le impide jugar con Países Bajos en los cuartos de final. Además, destacó el rol clave de Tini Stoessel para darle fuerzas en el momento que más lo necesitaba.
Al aire de La vuelta (Fox Sport), el mediocampista explicó: “Me lesioné. Fue una jugada dos días antes del partido, en un reducido. Cuando me hice los estudios vi que me había lastimado. No me llegué a romper, pero tenía una distensión grado uno. (…) El médico me dijo que tenía para diez días y yo le respondí que dentro de dos. Entonces me advirtió: ‘Sé que sos cabezadura, vas a querer jugar, pero tenés que saber que hay un 80% de que te rompas y te pierdas todo el Mundial’”.
Ante ese panorama, todos le aconsejaban no exponerse. “Me metí en la habitación, no quería hablar con nadie. Todo eso se había filtrado. (…) Entonces la llamé a Tini, que no sabe ni lo que vale un gol”, señaló entre risas y comentó que la artista se empezó a empapar sobre el deporte a raíz de su noviazgo.
La conversación de Tini Stoessel y Rodrigo de Paul en el momento más crítico del Mundial
Con total sinceridad, relató la conversación. “Le dije que no sabía qué hacer, si jugar o no. Era la única persona que no me daba una opinión desde el lado futbolístico y eso me sacaba un poco de presión, de responsabilidad porque me dejaba decidir”, aseguró.
Acto seguido, señaló que para él todo era incertidumbre: a un día del partido no podía decir cómo se sentía, no sabía si iba a poder correr rápido ni patear. Sin embargo, destacó que la artista le dijo las palabras que él necesitaba escuchar: “‘Yo te voy a apoyar, decidí con el corazón, que no te vas a arrepentir’”. Así fue que optó por seguir adelante.
Según comentó en la entrevista, en el entrenamiento sintió dolor, pero lo midió y decidió continuar. “‘¿Qué? ¿Fue un milagro?’”, le preguntó a pura ironía Lionel Scaloni, que le advirtió: “‘Perdoname que te hable así, pero si te tengo que sacar a los diez minutos, te tengo que matar’”. De Paul insistió en que estaba bien para jugar y el técnico accedió.
A modo de cierre admitió que sintió angustia, incertidumbre y que las palabras del médico no dejaban de darle vueltas en la cabeza, pero concluyó: “A mí una persona fuera del fútbol, mi pareja, me había dicho algo que sirvió. Si me rompía, no me iba a arrepentir. Creo que me iba a arrepentir en la situación de no hacerlo hecho, de no arriesgar