Cada inversor tiene sus preferencias, pero todos tienen algo en común. Argentina cuenta con una gran oportunidad de negocios, solo hayq ue saber aprovecharla.
Comencé con Go Doctor en la terraza de una casa de comidas rápidas en Argentina, sin ayuda financiera ni formación universitaria. Esta startup de telemedicina que busca solucionar el problema del acceso limitado a la atención médica en todo el mundo, así como promover la prevención de enfermedades, se convirtió en un éxito.
Con el tiempo logré expandir el mercado a Silicon Valley, Estados Unidos. Y fui seleccionado por Draper University entre 60 emprendedores de todo el mundo, como uno de los cinco ganadores para el programa Hero Training.
A diario converso con clientes e inversionistas extranjeros. Recibir financiamiento puede resultar beneficioso para alcanzar los objetivos de crecimiento e incrementar el valor de la startup, pero a lo largo de mi trayectoria aprendí que también es sumamente importante mantener el control y la propiedad de la empresa.
Por eso, las Smart Money Investor (Inversión Inteligente), es decir, inversores o fondos de inversión que no solo proporcionan financiamiento, sino que también aportan su experiencia, conocimiento y conexiones, pueden ser grandes aliadas.
Claro que cada inversor tiene sus preferencias -hay quienes buscan seguridad, riesgos, resultados numéricos o alcanzar sueños-, pero todos tienen algo en común: buscan a un fundador comprometido y apasionado, que aspire a ser líder en su mercado para expandirse al máximo. La clave está en mantenernos fieles a nosotros mismos y ser nuestra mejor versión para atraer a inversores que estén en la misma sintonía y apuesten por nosotros a largo plazo, sin intentar cambiar nuestra esencia.
Por supuesto que ser comprometido y apasionado no bastará para convencer a un inversor extranjero, también será necesario contar con la fuerza laboral talentosa, el mercado potencial, una cultura emprendedora pro negocios y un plan sólido y bien estructurado para demostrar la confiabilidad y el potencial de retorno de inversión en Argentina.
Asimismo, para que un cliente extranjero se vuelque a utilizar los servicios de una empresa argentina y confíe en ella, será necesario ofrecer soluciones innovadoras y estar dispuesto a personalizarlas para satisfacer sus necesidades. Es decir, ser proactivo, previsor, anticiparse, estar dispuesto a evolucionar y mejorar continuamente para ofrecer el mejor servicio posible.
Argentina cuenta con una gran oportunidad de negocios. Esto se debe en primer lugar a que tiene talentos y recursos humanos altamente capacitados. En segundo, posee una amplia base de clientes potenciales y una economía diversificada que puede apoyar a las empresas emergentes.
Como tercer punto se puede destacar una cultura empresarial innovadora y una gran cantidad de eventos y oportunidades para conectar con otros empresarios y aprender de la industria. Por último, el país tiene una fuerte presencia en la industria tecnológica y de innovación, lo que puede ayudar a impulsar el crecimiento y el desarrollo de nuevas startups.
El desafío está en retener el talento debido a una combinación de factores tales como los bajos salarios, las condiciones de vida, la estabilidad política y económica, las oportunidades de desarrollo profesional y de aprendizaje, y la falta de infraestructura tecnológica y de investigación.
A modo de ejemplo, podemos hacer una traspolación entre lo que ocurre en los ámbitos deportivos y profesionales. Es decir, los jugadores de fútbol optan por ir a equipos con un mejor nivel de competición y recursos que les permita mejorar su juego y aumentar sus posibilidades de desempeñarse a un nivel más alto; mientras que los profesionales de la tecnología y otras industrias buscan oportunidades que les permita crecer, desarrollarse y tener acceso a recursos más avanzados.
Pese a que Argentina cuenta con una gran oportunidad de negocios, los extranjeros temen a invertir en el país y esto se debe a la inestabilidad económica, la inflación y la volatilidad en el tipo de cambio. A todo esto se le suma un marco regulatorio incierto o cambiante que puede dificultar la predicción y planificación de las operaciones de una empresa.