Mes de la mujer: Reconocimiento para una mujer al frente de la obra de infraestructura de Villa del Busto

María ocupa el cargo de capataz y colabora asistiendo en trabajos de topografía, es ella quien realiza mediciones de superficies en la obra civil de saneamiento y pavimentación que avanzan en Santa Rosa, para que los niveles de caños y terrenos estén en los grados correctos para el funcionamiento del sistema que se implanta. Como […]

María ocupa el cargo de capataz y colabora asistiendo en trabajos de topografía, es ella quien realiza mediciones de superficies en la obra civil de saneamiento y pavimentación que avanzan en Santa Rosa, para que los niveles de caños y terrenos estén en los grados correctos para el funcionamiento del sistema que se implanta.

Como asistente de topógrafo mide y marca deslindes, replanteos, medición y valoración del terreno para que la obra se defina con las medidas necesarias para su óptima función.

Actualmente se desempeña como capataz en la obra que la empresa Vial A lleva a cabo en Santa Rosa, es madre de cinco hijos y se inició como albañila.

“Empecé con Pablo Rodríguez trabajando como ayudante de albañil, en obras particulares, un día me propuso perfeccionarme para trabajar en las obras públicas y fue entonces cuando me prepararon como asistente de topógrafa y me ascendieron. A medida que avanzaba en mi trabajo adquiría más conocimientos y experiencias. Es un trabajo que me gusta mucho, por eso cuando llego a mi casa sigo estudiando para perfeccionarme desde lo teórico y ponerlo en práctica”, cuenta María.

“Mi trabajo consiste en sacar las medidas del terreno y los caños para darles las inclinaciones justas, que permitan que la obra quede en perfectos niveles para que cumpla con su propósito. Es un trabajo que se debe hacer a conciencia, indica mucha responsabilidad no solo porque las medidas de la obra tienen que ser exactas, sino también por la seguridad de mis compañeros, tengo que estar muy atenta para que las excavaciones no se desmoronen, cuestiones que pueden suceder porque trabajamos muy cerca de las napas. Las zanjas tienen que estar protegidas para brindarles garantías a quienes están adentro, en la profundidad, porque más allá de los elementos de protección que se usen, es importante resguardar la seguridad mientras ejecutamos la obra. Es un trabajo complicado, pero me gusta mucho porque es un desafío constante y una superación personal”, detalló.

“Estas obras tienen mucho valor, no sólo económico, también en los beneficios que les traen a los vecinos, entonces tenemos que pensar que lo que construimos es para que la gente viva mejor”, evalúa María con respecto al sentido de la construcción y los beneficios que traen a la población.

“Llegué a ocupar este lugar porque mis jefes vieron que soy apasionada en lo que hago, que tengo carácter y le pongo pilas, estoy siempre dispuesta a aprender”, remarcó

“Nuestras jornadas de trabajos son largas, pero cuando te gusta lo que estás haciendo el tiempo pasa rápido y querés que llegue el otro día para volver”, agregó.

“La relación con mis compañeros es muy buena, no se nota la diferencia de que soy la encargada y mujer, se trabaja en equipo, acá lo importante es trabajar a la par y cuidarnos entre todos. Soy la única mujer en la obra, mis compañeros están muy conforme con mi rol, me pongo siempre a la par de ellos y si tengo que agarrar la pala para colaborar, lo hago. Me gusta mi trabajo y lo disfruto”.