Rusia concentró tropas en el norte de la región de Lugansk, lo que agranda el frente en la zona donde se libran los combates más cruentos.
Rusia concentró tropas en el norte de la región de Lugansk, lo que agrega una nueva batalla a la que se desarrolla en Bakhmut y pone a prueba las defensas de Ucrania en la guerra que lleva más de un año.
En la zona, Andrii “Tuman” es el referente de los defensores y protagonista de esta historia que cuenta la agencia internacional de noticias Reuters, quien además recibe los informes de los médicos, que reportan muchas bajas en el campo de batalla.
El costo es alto para ambos bandos, indican los facultativos, mientras que el estruendo de los bombardeos distantes es un telón de fondo constante.
“Desde principios de febrero, ellos (los rusos) han llevado a cabo entre 40 y 50 intentos de asalto. Los hemos repelido a todos, contó a Reuters el hombre de 45 años mientras transmitía mensajes por radio.
Tuman, descrito por Reuters como una figura rechoncha de barba rala, teme que el movimiento de pinzas que las fuerzas rusas están intentando en Bakhmut para rodear a las tropas ucranianas que la defienden pueda repetirse, a mayor escala, en su sector del frente.
El guerrero, quien también gusta identificarse como Ichkerian, usando el nombre histórico de la región de Chechenia, en el sur de Rusia, donde luchó en dos guerras, explicó las escaramuzas por las cuales Rusia intentaría cerrar un cerco sobre los defensores.
“Esta es la segunda dirección principal (después de Bakhmut) que es muy interesante para el enemigo, porque si llegan a Lyman, más allá están Kramatorsk y Sloviansk. Supondrá una amenaza de ‘pinza’, por lo que están tratando de luchar tan fuertemente por esta área, esto no es menos importante que Bakhmut”, detalló.
Algunos analistas dijeron que si bien esta puede ser la intención de Moscú, dudan de su capacidad para llevarla a cabo dada la dificultad que ha tenido Rusia para conquistar la ciudad de Bakhmut, prácticamente abandonada y en ruinas.
“De hecho, hay un aumento en la actividad y ellos (los rusos) están tratando de moverse hacia Lyman; lograron avanzar cuatro kilómetros en febrero. El enemigo necesitaría muchas fuerzas para tomar esta línea (Sloviansk-Kramatorsk-Kostiantynivka) y, por lo tanto, creo que es poco probable, dadas las pérdidas que ya están sufriendo las tropas rusas”, planteó el analista militar ucraniano Oleksandr Musiyenko.
El Batallón 110
El Batallón 110 que dirige Tuman está activo en el territorio ocupado por los rusos después de que Putin lanzara una invasión a gran escala de Ucrania en febrero del año pasado y fuera retomado por las fuerzas ucranianas en una contraofensiva el otoño pasado.
Las señales de la lucha y los subsiguientes duelos de artillería están por todas partes. Las casas y las tiendas se ven destrozadas, los vehículos militares quemados ensucian los bosques circundantes y los cañones retumban con fuerza mientras disparan contra las posiciones rusas al noreste.
A pesar de toda la carnicería, la guerra se ha detenido virtualmente: como saldo parcial, Rusia solo logró avances graduales alrededor de Bakhmut, que estuvo tratando de capturar durante ocho meses, y más al norte.
Tuman dijo que creía que los ataques más fuertes en febrero probablemente constituían la ofensiva de Rusia, que los expertos militares occidentales esperaban desde el invierno.
Oleksandr, el comandante de una unidad en el batallón de Tuman que lucha contra los rusos en las trincheras de primera línea, también vio una escalada el mes pasado: “Están presionando con fuerza. Nos están lanzando bombas de mortero”.
“Por la noche siempre atacan a pie y nos sentamos, miramos a través de nuestras gafas térmicas y les disparamos”, indicó este otro guerrero, de 50 años.
El batallón amplió gradualmente su fuerza, agregando equipos de drones y algunas armas pesadas, incluidos tanques, y aunque la moral sigue siendo alta y Tuman es un líder popular, los comandantes también hablan de una fatiga creciente.
“A decir verdad, estamos realmente exhaustos”, dijo Serhii Pavlovych, de 43 años, subcomandante a cargo del apoyo psicológico.
En cuanto al intento de Ucrania de tomar la iniciativa, Tuman cree que pronto podría producirse una contraofensiva. El clima más cálido ha reducido las vías a barro en muchos lugares, atascando los vehículos pesados.
“Ellos (las autoridades ucranianas) están preparando muchos batallones de reserva y estarán involucrados en la contraofensiva. Es primavera y el clima no es tan favorable… así que creo que llegará abril”, analizó Tuman.
Perfil de un guerrero
La vida adulta de Tuman se ha visto ensombrecida por el conflicto, explicó Reuters. Dijo que participó en ambas guerras en la década de 1990 entre las tropas rusas y los separatistas después de la desintegración de la Unión Soviética.
Se retiró de las fuerzas armadas ucranianas en 2007, pero se reincorporó en 2014 cuando los separatistas respaldados por Rusia se mudaron al este de Ucrania. Resultó gravemente herido en una explosión en 2020, pero se inscribió para servir después de que comenzara la invasión a gran escala.
Tuman, que es musulmán, perdió a una de sus tres esposas en las hostilidades cerca de la capital, Kiev, hacia el comienzo de la invasión. Su único hijo, que tenía 21 años, también murió por entonces luchando en la ciudad norteña de Sumy.
Su motivación proviene de vengarse de los rusos y apoyar a su batallón de varios cientos de soldados. Se negó a especificar cuántas tropas comandaba o permitir que se nombre el pueblo donde Reuters pasó dos días siguiéndolo a él y a sus tropas.
En otra habitación de su base, dos hombres se sentaron detrás de computadoras portátiles y monitorearon imágenes en vivo que se enviaban desde drones que vigilaban las posiciones rusas. Usan esto para identificar amenazas enemigas y atacarlas con artillería.
Por Mike Collett-White, de la agencia Reuters