Es para contrarrestar lo que calificó de amenazas de los Estados Unidos y Corea del Sur.
El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, declaró que los preparativos para el lanzamiento previsto del primer satélite espía del país deben seguir adelante, para contrarrestar lo que calificó de amenazas de los Estados Unidos y Corea del Sur, según informaron el miércoles medios de comunicación estatales.
Varios analistas afirman que el satélite militar forma parte de los planes del país con capacidad nuclear para avanzar en el ámbito de la tecnología de espionaje, incluidos los aviones no tripulados, con el objeto de mejorar su capacidad de atacar objetivos en caso de conflicto.
En diciembre, Corea del Norte llevó a cabo lo que denominó una importante prueba de “fase final” del satélite espía, afirmando que finalizaría los preparativos para el lanzamiento en abril.
En aquel momento, difundió imágenes granuladas en blanco y negro de la capital surcoreana, Seúl, que, según aseguró, habían sido tomadas durante la prueba.
Las actividades del presidente de Corea del Sur
La tensión estalló en las últimas semanas, con el Norte amenazando con acciones “más prácticas y ofensivas” sobre los ejercicios entre Corea del Sur y los Estados Unidos y negándose a responder a las líneas directas intercoreanas.
En ese sentido, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, confió -en una entrevista con la agencia de noticias Reuters- que está abierto a las conversaciones de paz, pero se opone a cualquier cumbre “sorpresa” con el líder norcoreano, Kim Jong Un, para “presumir” ante los votantes por intereses políticos internos.
Criticó los anuncios repentinos y desinformados de conversaciones intercoreanas por parte de gobiernos anteriores, que dijo que hicieron poco para generar confianza.
El predecesor de Yoon, Moon Jae-in, apostó su legado por mejorar los lazos intercoreanos y ayudó a organizar una reunión histórica entre Kim y el entonces presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en 2018.
Tres cumbres que Kim y Moon celebraron en 2018 prometieron paz y reconciliación, pero las relaciones se deterioraron y el Norte realizó un número sin precedentes de pruebas de armas tras una segunda cumbre fallida entre Kim y Trump.
“Usaron esas conversaciones antes de las elecciones, pero en última instancia, las relaciones intercoreanas siempre volvieron al punto de partida”, dijo Yoon.
La ayuda humanitaria podría abrir la puerta al diálogo, y ambas partes podrían aprovechar esas discusiones para pasar a temas más sensibles, como la economía y el ejército, dijo.
La administración de Yoon propuso el año pasado un alivio de la COVID-19 y reveló planes para proporcionar ayuda económica a cambio del desarme nuclear, pero Pyongyang rechazó rotundamente las ofertas.
“Si las conversaciones previas hubieran procedido paso a paso… antes de que los líderes se reunieran, la relación intercoreana se habría desarrollado de manera constante, aunque a paso de tortuga”, analizó Yoon.
La relación China – Estados Unidos en el análisis surcoreano
En cuanto a la rivalidad chino-estadounidense, Yoon actuó con cautela, siendo China el mayor socio comercial de Corea del Sur, pero se expresó más sobre la tensión en el Estrecho de Taiwán.
Las tensiones por la democracia de Taiwán, que China reclama como propia, se dispararon en la medida que Pekín intensifica la presión diplomática y militar para que Taipei acepte la soberanía china.
“Después de todo, estas tensiones ocurrieron debido a los intentos de cambiar el statu quo por la fuerza y nosotros, junto con la comunidad internacional, nos oponemos absolutamente a tal cambio”, señaló dijo Yoon.
“El problema de Taiwán no es simplemente un problema entre China y Taiwán, sino que, al igual que el problema de Corea del Norte, es un problema global”, sentenció finalmente.
Por Soo-hyang Choi, de la agencia Reuters