El ejército de Israel y los grupos armados palestinos de la Franja de Gaza acordaron este sábado un alto el fuego, tras cinco días de disparos de cohetes y misiles que dejaron 33 muertos en el enclave palestino y dos en el Estado hebreo. Egipto, mediador tradicional entre los dos beligerantes, recibió el visto de bueno de ambas partes,
Un responsable del gobierno israelí rehusó cualquier comentario al respecto. La jornada fue marcada por nuevos duelo de artillería. Varios cohetes fueron lanzados desde la Franja de Gaza, según periodistas de la AFP. La escalada se inició el martes con ataques israelíes contra la Yihad Islámica, un grupo considerado como “organización terrorista” por Israel, la Unión Europea y Estados Unidos. Se trata del mayor brote de violencia entre ambas partes desde agosto de 2022.
Poco antes del anuncio de la tregua, el general israelí Herzi Halevi, jefe del Estado Mayor Conjunto, se congratuló de que Israel alcanzara “importantes objetivos a lo largo de esta campaña”. Las Brigadas Al-Quds, brazo armado de la Yihad Islámica, habían anunciado poco antes que proseguirían sus “disparos de misiles contra las ciudades” israelíes, “ante la continuación de asesinatos y bombardeos” de zonas habitadas.
En Gaza, gobernada por el movimiento islamista Hamás desde 2007, el Ministerio del Interior acusó a Israel de centrar sus ataques “en objetivos civiles y edificios residenciales”. También llamó a las organizaciones de derechos humanos a presionar “para que Israel ponga fin a crímenes” que “son competencia de la justicia internacional”.
En la ciudad israelí de Tel Aviv, más de 2.000 manifestantes protestaron por la noche contra la guerra, informaron reporteros de la AFP. Según el ejército israelí, un cohete palestino cayó sobre una zona agrícola israelí en Shokeda, a menos de 10 kilómetros de la Franja de Gaza, hiriendo a un trabajador palestino que murió en el hospital. Esta muerte eleva a 34 el número de palestinos muertos en los enfrentamientos desde el martes, 33 de ellos en la Franja de Gaza. Del lado israelí, un octogenario murió el jueves en Rehovot, en el centro de Israel.
Entre los palestinos muertos figuran seis comandantes de la Yihad Islámica, así como combatientes de ese movimiento y del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), otro grupo armado. Periodistas de la AFP constataron el sábado los destrozos causados por los bombardeos israelíes en zonas residenciales como Beit Lahia, en el norte de la Franja, y Deir al Balah, más al centro.
“No veo tregua”, declaró Muhammad Muhanna, de 58 años, entre los escombros de su casa en Gaza. “Todo el pueblo palestino sufre. ¿Qué hicimos?”. El primer ministro palestino Mohammed Shtayyeh exigió “una intervención de Naciones Unidas para que terminen los crímenes israelíes contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza y en Cisjordania”.
La Oficina de la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCAH) confirmó el viernes la muerte de al menos 13 civiles, siete de ellos menores. El ejército israelí afirma que cuatro civiles, tres de ellos menores, murieron por cohetes palestinos que cayeron dentro de la Franja. El ejército aseguró haber alcanzado 371 “objetivos terroristas” y señaló que se dispararon unos 1.230 cohetes hacia Israel, más de 370 de los cuales fueron interceptados por el sistema de defensa antiaérea.
La Franja de Gaza es un empobrecido y exiguo territorio palestino donde viven 2,3 millones de personas. Desde 2007, cuando el movimiento islamista Hamás se hizo con el pleno control del enclave, está sometido a un estricto bloqueo israelí. El territorio ha sido escenario de varias guerras con Israel desde 2008. En agosto de 2022, tres días de enfrentamientos entre Israel y la Yihad Islámica causaron la muerte de 49 palestinos, incluidos al menos 19 niños, según la ONU. Más de mil cohetes fueron disparados en esa ocasión desde Gaza hacia Israel, dejando heridos.
En el norte de Cisjordania ocupada, dos combatientes palestinos del brazo armado de Fatah, el movimiento del presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abas, murieron el sábado en una operación del ejército israelí en el campo de refugiados de Balata, en Naplusa. Otro palestino fue abatido por la tarde, según el ejército, tras intentar atacar a la policía con un cuchillo.