Recurrió a ese mecanismo un día después de presentar su defensa, acusado por peculado.
El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, disolvió este miércoles por decreto la Asamblea Nacional, adelantando las elecciones legislativas y presidenciales, un día después de presentar su defensa en un juicio político en su contra.
Lasso niega las sospechas de que hizo la vista gorda ante la supuesta malversación de fondos relacionados con un contrato en la empresa estatal de transporte de petróleo Flopec, argumentando que su administración hizo cambios rentables al acuerdo, que se destruyeron años antes de que él asumiera el carga.
La mayoría de los legisladores respaldó una resolución que decía que Lasso permitió que continuara el cuestionado contrato, a pesar de que la Comisión de Fiscalización de la Asamblea -que escuchó el testimonio de legisladores de la oposición, funcionarios y el abogado de Lasso- aseguró en su informe que no recomendaba un juicio politico.
Se necesitan 92 votos de la Legislatura de 137 miembros para destituir a Lasso de su cargo. La Asamblea votó a favor de continuar con el proceso la semana pasada.
“Muerte Cruzada”
La Constitución del país consagra la llamada “muerte cruzada”, que permite a un mandatario ecuatoriano convocar elecciones tanto para su puesto como para la Asamblea Nacional bajo ciertas circunstancias, incluso si las acciones de la Legislatura bloquean el funcionamiento del Gobierno.
El mandatario invocó la ‘muerte cruzada’ citando la grave crisis política y conmoción interna del país andino.
Lasso ahora continuará en el cargo, gobernando por decreto, mientras que las autoridades electorales nacionales fijan la fecha de las elecciones.
El tribunal electoral de Ecuador deberá decidir la fecha de las nuevas elecciones dentro de los siete días posteriores a la disolución de la Asamblea Nacional.