Las críticas que expone el jefe de Wagner es considerada peligrosa en la Rusia de Putin donde no se toleran las críticas, a menos que se cuente con “luz verde”.
El jefe del ejército privado Wagner se erigió como “el conquistador de Bakhmut” cuando pronunció un discurso escalofriante en un escenario de alto impacto: sosteniendo una bandera rusa y con un arma automática colgada del hombro, Yevgeni Prigozhin anunció la caída de la ciudad rodeado de mercenarios fuertemente armados, los estandartes negros de su grupo y con el fondo de las ruinas carbonizadas, dedicó el logro a Putin.
“Gracias a Vladimir Vladimirovich Putin que nos dio esta oportunidad y el gran honor de defender nuestra patria”, proclamó Prigozhin, elogiando a su ejército privado de convictos, soldados y espías durante 224 días de mortíferos combates casa por casa, de acuerdo con el informe de la agencia de noticias Reuters.
Pero no se trató de un discurso patriótico ya que luego se lanzó a su diatriba favorita: la supuesta traición de los altos mandos de Putin, en particular el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y el jefe del Estado Mayor, Valery Gerasimov.
Este mes, presentó a los principales militares de Putin como “malditas perras” que se verían obligadas a comerse las tripas de los soldados caídos en el infierno. El sábado los acusó de dejar morir cinco veces más hombres de los necesarios.
“Algún día responderán… por sus malas acciones. Tenemos una lista de todos los que nos ayudaron y todos los que se opusieron activamente a nosotros y básicamente ayudaron al enemigo”, denunció.
Disidencia peligrosa
Tales palabras son peligrosas en la Rusia de Putin, donde no se toleran las críticas públicas desde dentro del sistema de guerra y del equipo de Putin, a menos, por supuesto, que uno tenga la aprobación tácita del círculo íntimo del presidente.
Prigozhin no desafía directamente a Putin, sino que más bien juega un papel de bufón y actúa con la aprobación de aquellos consternados por la conducción de la guerra por parte de los militares, explicaron a Reuters funcionarios, diplomáticos y analistas.
Su impertinencia, sin embargo, muestra la tensión que la guerra -una palabra que usa desafiando una prohibición del Kremlin– tuvo en el sistema político de 23 años de Putin. También plantea preguntas sobre el propio futuro de Prigozhin.
“Hay mucho misterio sobre lo que está haciendo Prigozhin. Lo que me desconcierta es la impresión que esto proyecta tanto en Occidente como dentro de Rusia. La imagen del creciente caos en el liderazgo militar de Rusia, una imagen de luchas internas, una imagen del distanciamiento de Putin o incluso de la debilidad de Putin. Prigozhin no cometería este desliz accidentalmente”, analizó para Reuters Sergey Radchenko, historiador de la Guerra Fría en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de Johns Hopkins.
Prigozhin, el Kremlin y el Ministerio de Defensa no respondieron a las solicitudes de comentarios.
El Ministerio de Defensa presenta a Wagner como un “escuadrón de asalto”, y Shoigu y Gerasimov no han comentado públicamente los insultos de Prigozhin.
El video del 5 de mayo
En el video más memorable de Prigozhin, el 5 de mayo , mostró un campo de mercenarios de Wagner muertos que, según protestó, habían perecido debido a la falta de municiones causada por Shoigu y Gerasimov.
“Shoigu, Gerasimov, ¿dónde están las malditas municiones? Mírenlos (a los mercenarios muertos), perras. Estos son los malditos padres de alguien, los hijos de alguien”, expresó en aquella oportunidad.
Entre las malas palabras, Prigozhin ingeniosamente empalmó críticas más profundas: los soldados corrían desde el frente mientras el pueblo ruso enfrentaba la destrucción por parte de una élite militar venal más interesada en el lujo y la intriga que en el campo de batalla.
En el aniversario de la guerra más sagrado de Rusia, advirtió contra el “jodido alarde” en la Plaza Roja justo cuando Shoigu y Putin asistieron a un desfile reducido que conmemoraba la victoria soviética sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
Incluso bromeó sobre un “abuelo feliz” no identificado que podría convertirse en un “completo imbécil”.
Prigozhin “parece, debido a la desesperación, la frustración y el amor a su propia voz, pasar de gritos escandalosos pero comprensibles de ayuda y atención a la autodestrucción. Sin embargo, Prigozhin sería un rebelde débil con una fuerza armada sin su propia capacidad logística independiente”, señaló un diplomático occidental que habló bajo condición de anonimato.
“Sin embargo, Prigozhin sería un rebelde débil con una fuerza armada sin su propia capacidad logística independiente”.
¿La guerra o el tango?
Desde que Putin llegó al poder en 1999, el ex teniente coronel de la KGB ha elaborado un sistema rígido, aunque a menudo caótico, en el que no se toleran las críticas públicas.
En una señal de hasta qué punto se percibe que Prigozhin violó esas reglas, la televisión estatal ignoró la caída de Bakhmut durante 20 horas.
Dirigió su transmisión con una sesión informativa del Ministerio de Defensa sobre los ataques rusos en Ucrania y emitió un extenso informe sobre un festival de tango en Moscú.
“En nuestro país, hay dos realidades: la real y la que se muestra en la televisión”, alertó Prigozhin.
El Kremlin tardó 10 horas en publicar una breve declaración de 36 palabras felicitando a Wagner y a las unidades de las fuerzas armadas por “liberar” a Artyomovsk, el nombre de la era soviética para Bakhmut utilizado por Rusia. No nombró a Prigozhin.
El líder de Wagner había prometido que entregaría Bakhmut al ejército ruso antes del 1 de junio y reubicaría sus fuerzas en campamentos en la retaguardia hasta que se volviera a necesitar.
“Creo que la gente del círculo íntimo de Putin está detrás de él, no hay duda al respecto”, dijo Igor Girkin, ex oficial del Servicio Federal de Seguridad (FSB) que ayudó a Rusia a anexar Crimea en 2014 y luego organizó milicias prorrusas en el este de Ucrania.
“La controversia pública entre Prigozhin y el silencioso Ministerio de Defensa es el resultado de las contradicciones que han surgido dentro del clan gobernante. Este es el comienzo de la lucha por la vida después de Putin”, indicó.
Con las elecciones a la vista en marzo de 2024, no está claro si el presidente tolerará una lucha públicamente visible por mucho tiempo.
“A menos que Putin haga algo, mostrará su debilidad. Prigozhin no es indispensable, pero puede ser útil de una manera muy brutal”, señaló otro diplomático occidental.
De un artículo que firma Guy Faulconbridge para la agencia Reuters