Buques de guerra estadounidenses y canadienses cruzaron este sábado el Estrecho de Taiwán, en una misión conjunta en el delicado tramo de mar que separa Taipei de China. Estas acciones, sumado a las visitas por parte de responsables de Estados Unidos a la isla, aumenta el riesgo de un conflicto armado entre ambos países.
La Séptima Flota de Estados Unidos anunció mediante un comunicado que “comprometidos en un tránsito de rutina por el Estrecho de Taiwán el 3 de junio en aguas donde las libertades de navegación y sobrevuelo en el alta mar están en conformidad con el derecho internacional”.
Lo que generó, según medios locales, un disgusto a las autoridades en Pekín, quienes en los últimos días habían acusado a los estadounidenses de distorsionar los hechos sobre el estatus de Taiwán, isla que China considera parte de su territorio.
En la publicación, desde el organismo estadounidense aclararon que esta acción “demuestra el compromiso de Estados Unidos y nuestros aliados y socios con un Indo-Pacífico libre y abierto”.
Estas maniobras se realizan en medio de un incremento de la tensión entre ambos países, por demostraciones de fuerza realizadas desde China.
La semana pasada, según el ejército estadounidense, un caza chino realizó “una maniobra innecesariamente agresiva” cerca de un avión de vigilancia estadounidense que operaba en el mar de China Meridional. El ejército del país asiático argumentó que el avión estadounidense “entró” en una zona de entrenamiento militar.
Estados Unidos pidió a China que actúe con “moderación” en sus ejercicios militares cerca de Taiwán
Estados Unidos pidió este sábado a China que actúe con “moderación” en sus ejercicios militares en torno a Taiwán. Además, señaló que Washington está dispuesto a cumplir sus compromisos en Asia y advirtió que cuenta con las “capacidades” necesarias para garantizar la seguridad de la isla.
Un portavoz del Departamento de Estado dijo que están “monitoreando” las maniobras desplegadas por Pekín en respuesta a la reunión del pasado miércoles entre la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, y el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy.
El funcionario norteamericano insistió que el paso de Tsai por Estados Unidos fue una “escala” y que no hay motivo alguno para que Pekín “reaccione de forma exagerada”.
“Nuestros canales de comunicación con la República Popular China siguen abiertos y siempre hemos pedido moderación y que no cambie el statu quo”, agregó el portavoz. “Estamos confiados en que contamos con suficientes recursos y capacidades en la región para garantizar la paz y la estabilidad y cumplir con nuestros compromisos de seguridad nacional”, agregó.
Por su parte, McCarthy defendió su opción de reunirse con Tsai Ing-wen. “Soy el presidente de la cámara. No hay ningún lugar en el que China me diga dónde puedo ir o con quién puedo hablar”, publicó en Twitter.