Las reservas brutas del Banco Central disminuyeron US$ 4.077 millones en un año, de U$S 43.137 millones a U$S 39.060 millones.
Los argentinos tienen US$ 389,.575 millones fuera del sistema financiero, casi un Producto Bruto, según datos del INDEC difundidos hoy.
Los dólares, euros y otras monedas y las inversiones directas financieras y directas en manos de empresas y personas argentinas, en su gran mayoría no declaradas, crecieron US$ 7.961 millones entre el primer trimestre de este año y el mismo período de 2022 (US$ 381.614 millones).
En tanto, las reservas brutas del Banco Central disminuyeron US$ 4.077 millones en un año, de U$S 43.137 millones a U$S 39.060 millones.
Del total, US$ 246.296 millones correspondieron a moneda y depósitos, seguidos por lo que se denomina participación de capital y en fondos de inversión por inversión de cartera (US$ 48.713 millones), participaciones de capital por inversión directa (US$ 46.460 millones) y títulos de deuda (US$ 33.279 millones) y otros activos menores.
De este modo, mientras el Banco Central no tiene dólares y no logra acumularlos, las divisas ‘sobran’ en billetes “bajo el colchón”, en propiedades o inversiones financieras en el exterior y en acciones o títulos de deuda de gobiernos o empresas extranjeras por una suma que se asemeja a la deuda pública nacional.
Los U$S 389.575 millones son privados y están en billetes o invertidos en fondos y monedas extranjeras.
Buena parte son no declarados y se fueron acumulando a lo largo de los años fuera del sistema financiero local.
Mientras los billetes de monedas extranjeras y depósitos, primordialmente en dólares, en cuentas del exterior, en cajas de seguridad o “bajo el colchón” suman US$ 246.296 millones -declarados o no-, en el arranque de 2020 sumaban US$ 227.367 millones y a comienzos de 2016 totalizaban U$S 154.682 millones.
Todos estos números ilustran la salida o fuga de capitales, un proceso que se fue acrecentando año tras año en medio de un proceso de depreciación del peso, brecha cambiaria, bajo crecimiento y recesión, alta inflación, parate de la actividad económica agravado por la pandemia y las restricciones a la actividad, aumento de la informalidad e incremento de la pobreza de una parte creciente de los argentinos.
También fue una respuesta a la pesificación de depósitos, canje compulsivo por bonos, corralito y cepo.
Estas cifras del Indec surgen de los movimientos de la compraventa de moneda extranjera del sistema bancario y financiero, de la entrada y salida de fondos y capitales que se cursan a través del Banco Central y de datos suministrados de bancos y entidades del exterior acerca de las propiedades, colocaciones o activos que tienen los argentinos en sus países y de estimaciones de movimientos de fondos, como sería el caso del turismo extranjero.
En tanto, para el primer trimestre de este año, el INDEC estimó un déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos de US$ 5.641 millones, por el menor saldo obtenido en el intercambio de bienes.
Representó “ un deterioro de US$ 4.177 millones con respecto al resultado registrado en igual trimestre del año anterior. Este retroceso estuvo determinado, principalmente, por el nivel alcanzado de exportaciones de bienes, que presentó la mayor disminución entre los componentes de la cuenta corriente (US$ 3.461 millones)”, dice el informe.
Por otra parte, el stock de deuda externa bruta total -pública y privada, en moneda extranjera- al 31 de marzo de 2023 se estimó en US$ 275.093 millones vs U$S 274.515 millones un año atrás.
Esta pequeña variación se explica en gran parte porque la deuda pública está aumentando en pesos ajustada por inflación o tipo de cambio.