Vélez Sarsfield (21 puntos) consiguió ayer por la noche oxígeno en su lucha por escaparle a la parte baja de la tabla, al derrotar por 1-0 al colista Arsenal (17), en el estreno de Sebastián Méndez como entrenador del “Fortín”. En uno de los adelantos de la 22da. fecha del torneo de la Liga Profesional (LPF), el equipo de Liniers cortó una racha de 13 encuentros sin triunfos en el torneo local (6 empates, 7 derrotas) y niveló la línea de Independiente, en el 24to. Lugar de las posiciones.
El ingresado Santiago Castro, a los 32 minutos del segundo período, estampó una media tijera en el área y superó la resistencia del arquero visitante, Alejandro Medina, para garantizar una festejada y necesaria victoria.
El público velezano vivió una jornada de desahogo en el debut del “Gallego” Méndez como DT, luego de la controvertida salida de Unión de Santa Fe para volver al club que lo formó deportivamente.
A las urgencias de uno y otro, los dos cuerpos técnicos opusieron esquemas tácticos similares: 5-3-2, que se convirtieron en 3-4-1-2 en el caso del “Fortín” o 3-4-2-1 en el elenco del Viaducto, cuando los dos se desplegaban en ataque.
En ese contexto, a los dirigidos por el “Gallego” Méndez les costó abstraerse del clima de tensión imperante en las tribunas. Los jugadores locales ingresaron rápidamente en la vorágine y jugaron al ritmo de los bombos, como se dice vulgarmente. Entonces, las equivocaciones empezaron a sucederse.
Arsenal tomó nota de esos estados de confusión y aprovechó la velocidad de Lautaro Guzmán como para sembrar zozobras a la valla del uruguayo Burián.
Sin embargo, las dos oportunidades más claras del equipo de Sarandí arribaron casi seguidas, entre los 18 y 20 minutos, cuando el colombiano Flabián Londoño estuvo muy cerca de anotar.
En la primera ocasión, el delantero, a préstamo desde River Plate, le ganó en velocidad a Giannetti y despachó un remate que rebotó en el palo. En la segunda, el atacante ganó ante la salida del guardavallas y mandó un tiro bombeado, que fue restado sobre la raya por Valentín Gómez.
A todo esto, Vélez lucía adormecido. Y solamente cuando el balón pasaba por los pies del pibe Prestianni, el equipo local encendía las alarmas, ya que el juvenil no sólo oficiaba de conductor sino también se animaba a surcar por la banda derecha.
Pero al elenco de Liniers le costaba elaborar circuitos fluidos y todo dependió de arrestos individuales. El primer tiempo finalizó con el marcador en blanco.
En el segundo tiempo, el encuentro se niveló. Los dos equipos empezaron a cuidarse algo más, no se desprotegieron yendo a buscar en forma desmedida el desnivel.
El pibe Prestianni siguió intentando y metió un disparo desde fuera del área, que se fue apenas desviado.
Y sobre los 32m., una trepada de Francisco Ortega por izquierda permitió una pirueta del ingresado Castro, quien metió una tijera y decretó el triunfo de Vélez.