A través del procedimiento de juicio abreviado, la jueza de control santarroseña, María Paola Frigerio, declaró la autoría y responsabilidad de un joven –17 años al momento de los hechos– por abuso sexual gravemente ultrajante por las circunstancias de su realización como delito continuado.
Las agresiones fueron encuadras en la ley 26061 de Protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes. La víctima fue un sobrino del imputado.
El acuerdo fue presentado, en forma conjunta, por la fiscala María Micaela Succurro, el defensor oficial Juan José Hermúa y el propio acusado (hoy de 26 años), quien admitió su responsabilidad. Una copia del fallo fue remitida al Juzgado de la Familia, Niñas, Niños y Adolescentes de la Primera Circunscripción Judicial.
Con las pruebas reunidas durante la investigación fiscal preparatoria se acreditó que el imputado agredió sexualmente a su sobrino –en su documento de identidad figura con nombre de mujer pero se autopercibe del género masculino– en múltiples oportunidades cuando tenía entre 9 y 11 años. El último episodio ocurrió antes que naciera la hija del victimario.
Los ataques ocurrieron en el domicilio de la madre del acusado, generalmente cuando compartían cenas familiares, y en una ocasión en la casa de la víctima.
“Teniendo en consideración las particulares circunstancias en las que se llevan a cabo este tipo de delitos, en los cuales en la mayoría de los casos ocurren en la intimidad y sin testigos directos, la declaración brindada por la víctima se vuelve una prueba fundamental a los fines de acreditar los hechos”, sostuvo Frigerio.
Ella, además, valoró la denuncia realizada por la propia víctima (hoy de 18 años), el testimonio de su madre y hermana del agresor, e informes de profesionales que intervinieron en la causa.
Por otra parte, la magistrada dispuso –como medida de protección y por un año– la prohibición de acercamiento del tío a menos de 200 metros del lugar de residencia de su sobrino y cualquier tipo de contacto.