Según se informó, ningún jubilado o pensionado cobrará menos de 114.460 pesos.
Las jubilaciones subirán 23,29% en septiembre próximo y habrá refuerzos de 27 mil pesos para quienes menos cobran, anunció el Gobierno en cumplimiento de la Ley de Movilidad.
Según se informó, ningún jubilado o pensionado cobrará menos de 114.460 pesos.
Asimismo, el haber los jubilados de la mínima que se jubilaron con los 30 años de aportes efectivos (apenas 1,2 millones de personas) quedará en 123.760 pesos.
La movilidad, que regirá desde el próximo mes, impactará en todas las jubilaciones, pensiones y asignaciones de ANSES, y alcanzará a más de 17 millones de beneficiarios.
En cuanto al refuerzo de 27 mil pesos para quienes cobran el haber mínimo, alcanzará a 5,1 millones de personas, alrededor del 70 por ciento de los jubilados y pensionados.
De esta forma, la jubilación mínima habrá tenido un incremento interanual del 127,3 por ciento (septiembre 2022 – septiembre 2023).
Ese crecimiento representa una recuperación del poder adquisitivo del 12,2 por ciento con respecto a diciembre de 2019, según los cálculos de la ANSES.
A su vez, con este nuevo aumento por movilidad, la Asignación Universal por Hija e Hijo (AUH) y la Asignación por Embarazo pasarán a ser de 17.093 pesos.
La evolución de las jubilaciones y los planes
La jubilación mínima de agosto es de $70.938 (brutos) más $20.000 de bono. En total $90.938. Con una movilidad promedio del 23,29%, la jubilación mínima pasaría a unos $97.460. Y con el bono de $27.000, el ingreso total en septiembre sería de $ 114.460. Para este sector de jubilados el aumento es del 25,9%.
La jubilación mínima más el bono comprende a 5,1 millones de jubilados y pensionados. A su vez, 1,4 millones jubilados y pensionados con haberes mínimos que se jubilaron con 30 o más años de aportes, cobrarán un adicional de $9.300.
Esto es así porque este grupo no puede cobrar menos que el 82% del SMVM. Ese importe se suma al bono de $27.000. En total son $123.760 (jubilación mínima de $ 87.460 brutos + $ 27.000 de bono + $ 9.300 de plus).
Con este aumento, en septiembre las Pensiones o Contributivas pasan a $ 69.928 ( 70% del haber mínimo) y la PUAM ( Pension Universal al Adulto Mayor) $ 61.221, en ambos casos más el bono. Y la Asignación Universal por Hija e Hijo (AUH) y la Asignación por Embarazo pasarán a ser de 17.093 pesos.
En marzo la movilidad fue del 17,04% y en junio del 20,92%. Eso arroja un acumulado a junio del 41,5% versus una inflación en el semestre del 50,7%. Con la suba del 23,29% durante septiembre, octubre y noviembre el acumulado es del 74,45 % entre 9 y 11 meses, muy por debajo de la inflación esperada.
En diciembre 2022, la jubilación mínima más el bono sumaron $ 60.124 versus los $ 114.460, representa un alza del 90,4%. Y en relación con los $ 50.353 de septiembre 2022, representa una suba del 127,4%.
De ser una compensación “por única vez” o “extraordinaria”, por la disparada inflacionaria esos bonos han pasado a ser permanentes y en valores ascendentes.
Luego de la pérdida del 19,5% de los haberes jubilatorios entre septiembre 2017 y noviembre 2019, durante el anterior Gobierno, el bono previsional para los que cuentan con haberes más bajos debutó con el actual Gobierno “por única vez” en diciembre 2019.
Tras los bonos en 2020 y 2021. En 2022, se hicieron más frecuentes. Y a partir de septiembre se repitieron todos los meses.
Eso pasa porque la fórmula de movilidad – que combina salarios con recaudación tributaria que va a la Seguridad Social- no tiene una cláusula de garantía o compensación automática frente a la inflación. Y los bonos solo los reciben los jubilados y pensionados de haberes más bajos, achatando la pirámide de ingresos del sistema.
Además, esos bonos no se integran al haber. Solo compensan a un sector de jubilados una parte del alza de precios del mes o meses en que se cobran, pero al mes o meses siguientes el ingreso total del jubilado vuelve al nivel pre-bono y se requiere que se otorguen nuevos bonos que pasan a ser más frecuentes.
Por otro lado, los bonos no se toman en cuenta para los futuros incrementos de los haberes ni para el cálculo del aguinaldo. De esta manera, la pérdida jubilatoria continua “de por vida”.
En tanto, los que no cobran el bono -más de 2 millones de jubilados y pensionados- no tienen ninguna compensación y absorben, con una baja en términos reales de sus haberes, la pérdida completa ante la inflación.
Sin considerar los bonos, la evolución de los aumentos versus la inflación fue:
– Entre septiembre 2017 (base que se toma por el cambio de la movilidad durante el Gobierno de Mauricio Macri) y diciembre 2019, con otra fórmula de movilidad, las jubilaciones y pensiones y demás prestaciones sociales tuvieron un deterioro del 19,5% en relación con la inflación.
– En 2020, ya con Alberto Fernández, con los aumentos diferenciados por decreto, las jubilaciones y pensiones aumentaron entre el 35,3% y el 24,3% versus una inflación del 36,1%. Una pérdida de entre el 0,6% y el 8,7%.
– En 2021, con una inflación del 50,9%, punta a punta, los aumentos fueron del 52,7%. Una mejora del 1,2%.
– En 2022, los aumentos fueron del 72,5% versus una inflación del 94,8%. Una pérdida del 11,5%.