Una de las promesas del fútbol argentino convirtió su primer gol como profesional. En el pasado estuvo cerca de dejar la actividad para jugar al tenis.
Franco Mastantuono marcó su primer gol en River en la goleada frente a Excursionistas por 3 a 0, en los 32avos de final de la Copa Argentina y, se quedó con un récord sin precedentes en el club, del cual es hincha y tiene una historia increíble antes de su noche gloriosa.
Con 16 años, cinco meses y 24 días, se convirtió en el futbolista más joven en anotar en la historia del club, dejando atrás la marca de Javier Saviola, quien anotó con 16 años, diez meses y siete días, ante Gimnasia y Esgrima de Jujuy por el Torneo Apertura de 1998.
“Me quedó ahí y como pude, la traté de empujar. Fue un sueño cuando la pelota entró. Se me pasaron muchas cosas por la cabeza, hasta me dieron ganas de llorar. Es un sueño que se me hizo realidad”, admitió Mastantuono una vez concluido el partido.
“Desde que llegué a River en 2019 me beso el escudo porque siento mucho amor por el club. Me dio de comer cuando era chico y es una emoción muy grande“, finalizó el protagonista en diálogo con TyC Sports.
Aunque su jornada estelar entre los hinchas comenzó este miércoles, la historia de Mastantuono en River da que hablar hace rato. El juvenil de 16 años, que cumplió esa edad el 14 agosto, fue la fecha en la que recibió el llamado que la cambió la vida para siempre: desde la entidad de Núñez se comunicaron para anunciarle que le firmarían su primer contrato como futbolista profesional.
En aquel entonces, el mediocampista jugaba en Séptima División, donde fue el capitán, goleador y dueño de la emblemática camiseta número 10 en el equipo. Además, siempre se destacó como “una de las máximas promesas” del semillero por su talento.
“Tiene una cabeza diferente”, comentaron los distintos entrenadores que lo tuvieron en sus filas sobre el talentoso futbolista que en inferiores se distinguió con una pegada espectacular, el desequilibrio en el uno contra uno y con un repertorio que sale de la norma para resolver en pocos segundos.
Pero, la historia pudo haber sido totalmente diferente, ya que a Mastantuono le gustaba el tenis. Tuvo la chance de llegar a River cuando tenía ocho años, en una prueba que el club realizó en la localidad bonaerense de Azul (donde nació) y, aunque llamó la atención de los ojeadores por sus condiciones, a estos mismos los dejó perplejos con su respuesta de no querer fichar porque su cabeza estaba puesta en el deporte de la raqueta.
Esto no fue una cuestión descabellada del joven, ya que, por aquel entonces, estaba considerado como una promesa del tenis argentino. De hecho, estaba rankeado como uno de los mejores diez tenistas del país en la categoría infantil.
Finalmente, Mastantuono llegó a River un par de años después de aquella primera prueba en Azul, en la que todavía soñaba con ser el mejor tenista de la Argentina. El tiempo pasó y en 2019 el tren pasó por segunda vez y allí se subió, para ser parte de las infantiles.
Como el período de fichajes estaba cerrado en AFA, terminó jugando para la Liga Metropolitana. De hecho, su primer partido fue la última fecha del torneo ante Banfield y ese día se coronó campeón.
A comienzos de 2020, finalmente Mastantuono fichó para River, arrancó la pretemporada con la Pre-Novena, jugó sus primeros amistosos y un torneo en Ayacucho, pero el destino tuvo un capítulo más guardado para esta historia: a pocos días del inicio del torneo, se produjo un hecho que postergó su debut oficial, la pandemia por Covid-19 y el posterior aislamiento social.
Los chicos de las infantiles de River volvieron a sus hogares y pasaron los primeros meses de aislamiento con sus familias. Durante largos meses se dedicaron a entrenar a través de una videollamada.
Con la reanudación de la actividad, el joven al que le gusta “copiar los movimientos de Matías Suárez y Julián Álvarez” y que tiene como ídolo a Lionel Messi, tuvo su año consagratorio en 2023. Es que, más allá de la firma de su primer contrato profesional, exhibió un nivel superlativo en la séptima división.
En la misma, fue el goleador de la categoría. También, se entrenó durante gran parte del año con la Selección argentina Sub-17. Incluso, el entrenador Diego Placente tenía en mente llevarlo al campeonato Sudamericano de la categoría, pero una lesión muscular le impidió formar parte de la nómina.