La cantante habló sobre cómo fueron los primeros encuentros con el cantante de Divididos. Una historia que tardó en arrancar.
Natalia Oreiro y Ricardo Mollo continúan al frente de una historia de amor que no deja de consolidarse. Casados desde fines del 2001 y padres de Merlín Atahualpa de 12 años, han encontrado el equilibrio entre la familia y dos carreras demandantes.
Pero,al margen del gran presente, la cantante y actriz uruguaya recordó cómo comenzó la relación y sorprendió con algunas particularidades, donde asegura que tuvo que dar el primer paso.
La actriz, que cumplió 47 años el pasado 17 de mayo, recordó: “Yo me lo levanté a él, pero me llevó dos meses convencerlo. Cuando empecé a salir con Ricardo, no sabía que era el cantante de Divididos. Escuchaba su música, pero nunca le había visto la cara”.
Cabe recordar que Natalia Oreiro venía de una relación de cinco años con Pablo Echarri, hasta que conoció al guitarrista de Sumo y Divididos, llamativamente en una clase de yoga. Allí nació una de las grandes historias de amor. Entre clases y charlas sobre comida vegetariana y vida natural.
La relación en un inicio, parecía ir en senderos distintos para ambos:”nos hicimos muy amigos, pero yo lo miraba a él como diciéndole ‘¡dale!’, y él me miraba y me cuidaba un montón en las clases. Eso también me enamoró. Su parte sensible me mató de amor”.
A pesar de ello, aquel primer intento de Natalia Oreiro para cautivar la atención de Mollo, no salió de la manera esperada. Ella fue quien organizó una cena para amigos, incluido el guitarrista, como suerte de primer paso, que finalmente no fue tal.
“Me pasé todo el día cocinando una lasaña vegetariana, pensada especialmente para él, pero cuando estábamos todos charlando y a punto de cenar, dijo que se tenía que ir, y se fue. No lo podía creer”, relató sobre la obra fallida.
Finalmente, de alguna manera fue Mollo quien entendió el mensaje de Oreiro y, luego de algunos meses, decidió dar el primer paso e invitar a salir a quien hoy es su esposa y compañera de vida.