El presidente Javier Milei viajó en la noche del sábado a Camboriú, al sur de Brasil, para participar este domingo de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC). A su llegada, fue recibido por el exmandatario Jair Bolsonaro, quien lo invitó a ver el duelo por cuartos de final de la Copa América entre la verdeamarela y Uruguay. Pero no tuvieron surte: el equipo que dirige Marcelo Bielsa se impuso en los penales y avanzó a semifinales.
El Presidente argentino brindará hoy un discurso en el encuentro ultraconservador en el que confluirá on otros líderes de la derecha como el chileno José Antonio Kast y el mexicano Eduardo Verásategui.
Se trata de un nuevo viaje de índole privado para el jefe de Estado, ya que no habrá ningún encuentro bilateral con el presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, con quien mantuvo fuertes cruces que tensionaron las relaciones diplomáticas entre ambos países.
La gran incógnita es si en su discurso Milei mantendrá su tono de confrontación y reiterará las críticas hacia su par brasileño. Algunos sectores de la prensa de ese país especulan con que si vuelve a descalificar a Lula, éste podría llamar a su embajador en Buenos Aires, Julio Glinternick Bitelli, a consultas, el paso previo a retirarlo de su destino diplomático.
De esta manera, Milei acumularía otro conflicto diplomático luego de los cruces con el colombiano Gustavo Petro, el español Pedro Sánchez, que derivó en la salida de su embajadora María Jesús Alonso, y luego con el boliviano Luis Arce, quien también decidió que su representante, Ramiro Tapia, volviera a La Paz tras la declaración de la Oficina del Presidente en la que se señalaba que en el vecino país se había producido un “autogolpe”.