El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció el domingo que se retira de su batalla por la reelección con Donald Trump, en una decisión histórica que sumerge la ya turbulenta carrera por la Casa Blanca de 2024 en un territorio desconocido.
“Si bien ha sido mi intención buscar la reelección, creo que lo mejor para mi partido y el país es que renuncie y me concentre únicamente en cumplir con mis deberes como presidente durante el resto de mi mandato”, dijo Biden en una carta publicada en X (antes Twitter).
Y agregó: “Me dirigiré a la nación esta próxima semana para dar más detalles sobre mi decisión. Ha sido el mayor honor de mi vida servir como su presidente”.
El demócrata de 81 años engrosa así el club muy restringido de presidentes estadounidenses salientes que tiraron la toalla en su intento por conseguir un segundo mandato.
Pero es el primero en hacerlo a estas alturas de la campaña. Y el único que tuvo que darse por vencido por las dudas sobre su agudeza mental a raíz de un debate calamitoso con su rival republicano Donald Trump.
El anuncio se esperaba, por mucho que su equipo de campaña y él mismo se empeñaran en afirmar que llegaría hasta el final. De esa manera, da un vuelco a una campaña que ya ha experimentado muchas idas y venidas, sobre todo un intento de asesinato contra Donald Trump el 13 de julio durante un mitin.
Quién será el candidato del Partido Demócrata después de la renuncia de Joe Biden
Ahora el Partido Demócrata tendrá que encontrar a un sustituto o sustituta, cuando faltan pocos días para la convención prevista en Chicago (norte) a partir del 19 de agosto.
Su vicepresidenta, Kamala Harris, sería una elección natural, pero no automática, para convertirse en candidata demócrata.
La última palabra la tienen los delegados del partido: 3.900 personas con perfiles muy variados y en su mayor parte completamente desconocidos para la opinión pública.
En tanto, Biden anunció este domingo que respaldaba a su vicepresidenta como candidata demócrata para las elecciones de 2024, después de dar a conocer que abandonaba la carrera. “Hoy quiero ofrecer todo mi apoyo y respaldo para que Kamala sea la candidata de nuestro partido este año”, afirmó en X.
La vicepresidenta Kamala Harris, que ya sucedería a Biden en caso de muerte o incapacidad, está muy bien situada para ser la elegida por los demócratas. Hija de padre jamaicano y madre india, fue la primera mujer y la primera persona negra en convertirse en fiscal general de California, y más tarde la primera senadora con familia originaria del sur de Asia.
Como fiscal se labró una reputación de severidad que podría rentabilizar en una campaña en la que pesan mucho los temas relacionados con la delincuencia.
Algunos progresistas, sin embargo, la critican por sus duras penas para delitos menores, que han afectado sobre todo a minorías. Además, la vicepresidenta, de 59 años, tiene unos índices de popularidad anémicos, lo que podría llevar a los demócratas a optar por otro candidato.
Otro nombre que suena es el del gobernador de California, Gavin Newsom. El demócrata de 56 años y exalcalde de San Francisco lleva cinco años al frente del estado más poblado del país, California, que convirtió en un santuario del derecho al aborto.
Nadie duda de sus ambiciones presidenciales. Incluso, en los últimos meses, viajó mucho al extranjero, emitió desenfrenados anuncios publicitarios ensalzando su trayectoria e invirtió millones de dólares en un comité de acción política, alimentando las especulaciones de que podría presentarse en 2028. ¿O ya en 2024?
Otra posible candidata para los demócratas es la gobernadora Gretchen Whitmer. Esta mujer de 52 años dirige Michigan, que cuenta con tres electorados que los demócratas intentan captar: los obreros, los afroestadounidenses y los árabes.
Acérrima opositora a Donald Trump, es conocida por haber sido objeto de un plan de secuestro por parte de una milicia de extrema derecha.
El estado que dirige será uno de los más disputados en las elecciones presidenciales de noviembre, un argumento de peso, según sus partidarios, para designarla candidata del partido.
También suena la posibilidad de Josh Shapiro, gobernador de Pensilvania. A sus 51 años, está a la cabeza del mayor “estado bisagra”, es decir aquel que puede inclinarse hacia uno u otro partido en función de los candidatos y otros factores. Este tipo de estados jugarán un papel decisivo en las elecciones de noviembre.
Antes de asumir el cargo en 2022, derrotando a un rival de la derecha radical respaldado por Donald Trump, este gran orador centrista fue elegido dos veces fiscal general de Pensilvania. Como tal denunció las agresiones sexuales cometidas por sacerdotes católicos contra miles de niños y demandó al laboratorio Purdue, fabricante del potente opiáceo OxyContin.
Sumado a esas opciones, circulan los nombres de los gobernadores de Illinois, J.B. Pritzker; Maryland, Wes Moore; y Kentucky, Andy Beshear, pero sus posibilidades parecen más limitadas. Figuran también los de la senadora Amy Klobuchar y el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, ambos excandidatos presidenciales en 2020.