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En el séptimo día de las acciones militares, mientras Moscú intensifica la ofensiva sobre Kiev, las principales potencias occidentales aúnan esfuerzos para aislar y doblegar en el terreno económico al gobierno de Putín.
El organismo de control nuclear advirtió sobre el peligro que representan los combates en Ucrania cerca de instalaciones atómicas, luego de que fuerzas invasoras rusas rodearan la central de Zaporiyia, en el sureste de del país.
Durante el discurso sobre el Estado de la Unión que brindó ante el Congreso, el presidente de EEUU apuntó contra su par ruso por la invasión a Ucrania y lo acusó de haber “premeditado la guerra” y “rechazar los esfuerzos diplomáticos”.
“Las unidades de las Fuerzas Armadas de Rusia se han hecho con el control completo de la capital de la provincia de Jersón”, dijo esta mañana a los periodistas el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ãgor Konashénkov.
El presidente del Parlamento Europeo, Charles Michel, advirtió que el destino del continente está “en juego” por el ataque de Moscú a Kiev. “La dignidad humana también está bajo ataque”, destacó. El presidente Zelenski hizo un dramático pedido de apoyo.
Un misil alcanzó la sede del gobierno de Jarkov, la segunda ciudad, donde viven alrededor de 1,4 millones de personas. Los militares rusos mantienen el asedio sobre Kiev y dejaron sin suministro eléctrico a la localidad portuaria de Mariupol.
La medida fue anunciada por la agencia rusa de transporte aéreo Rosaviatsia, horas después que la Unión Europea y otras naciones aplicaran idéntica medida contra Moscú. Entre los afectados se cuentran Reino Unido, Canadá y varios estados de la UE.
El encuentro se realiza en la frontera entre Ucrania y Bielorussia, en medio de una creciente expectativa global por el posible fin del conflicto armado. Kiev reclamó el inmediato retiro de tropas rusas, mientras que Moscú prefirió no adelantar cuál será su postura.
Tras la mediación del presidente bielorruso, Zelenski aceptó entablar conversaciones con la delegación rusa en la ciudad de Gomel, cerca de Chernobil.
La aparición en la Cámara de Diputados italiano de una copia de la célebre obra disparó la polémica entre políticos y expertos, con opiniones divididas entre quienes consideran al cuadro “una mera copia de decoración” y otros que le atribuyen, en parte, al propio Da Vinci.
