Jermell Charlo logró vencer a Brian Castaño en Los Ángeles, California, y se consagró en el nuevo Campeón Indiscutido del Peso Superwélter.
El combate en Los Ángeles fue un choque de estilos. Cada uno ofreció lo suyo desde el campanazo inicial. El de San Justo buscó con ímpetu de acorralar al texano sobre las cuerdas y demostrarle que quería hacer historia y ser el primer argentino en colgarse cuatro cinturones.
La pelea comenzó con un intenso intercambio de golpes. Mientras Castaño conectaba de derecha, Charlo tomaba confianza y replicaba. Pero en esa senda del palo a palo, el norteamericano manejó mejor las energías para llegar más entero a los últimos rounds.
Hasta el cuarto round todo pudo pasar. Al final de cada asalto el público latino tenía la esperanza de ver campeón al de San Justo que llevaba la bandera de México y Argentina en sus pantalones. El quinto asaltó marcó el quiebre de la pelea, un “boxi” que salió a buscar el KO y puso todas sus energías brindando uno de los mejores asaltos del año. El norteamericano supo aguantar, el argentino fue perdiendo energía y por último, el ahora campeón indiscutido, cerró mejor el round.
A partir del sexto el argentino empezó a bajar el ritmo y hasta el séptimo round se mantuvo en pelea y en la tarjetas de los jueces. Más allá de la paridad, Charlo fue ganando confianza y desniveló el match con un certero recto de mano derecha en la séptima vuelta. De allí en adelante, todo fue a pedir de su efectividad. Quebrado boxística y anímicamente, Brian comenzó a padecer el combate. Ni el apoyo masivo del público alcanzó revertir las acciones.
Lo que ya era una clara victoria en las tarjetas tuvo su sentencia en el décimo round. Con un certero cross en la sien envió a la lona a Castaño. Intentó recuperarse pero ni la cabeza, ni las piernas le permitieron seguir en pelea.
Luego del anuncio del campeón, Charlo felicitó a Castaño por su nivel y aseguró que está en el nivel de los campeones.
Por otro lado, el argentino expresó “Lamentablemente me enganchó, entró justa esa mano. Mi esquina me gritaba: ‘Cubrite bien’, pero había que meter presión y se dio como se dio. Me tocó ir al piso”. Y sentenció: “Intenté dar un buen espectáculo, estoy un poco desilusionado con mi performance. Este deporte tiene estas cosas: una mano cambia la historia”.