Con Marcelo Escudero como entrenador interino en la transición entre la salida de Martín Demichelis y la asunción de Marcelo Gallardo (será presentado el lunes en el nuevo espacio de la terraza San Martín del Mâs Monumental), River igualó sin goles ante Unión en Santa Fe. El arquero del Tatengue, la figura de un duelo entretenido que pudo haber sido para cualquiera.
Si bien el encuentro comenzó parejo y Unión tuvo una chance en los pies de Adrián Balboa, fue River el que logró imponer condiciones en el área rival durante casi toda la primera mitad. De hecho, se fueron al descanso sin emociones por dos milagros ocurridos en el área del Tatengue. Bueno, dos milagros con nombre y apellido: Thiago Cardozo.
En la primera, un cabezazo de González Pirez que el arquero llegó a rasguñar. La pelota dio en el palo y luego en la cabeza de Cardozo antes de salir desviada. La siguiente, una nueva llegada por arriba del Millonario: testazo de Paulo Díaz que dio en la base del palo y, en el rebote, cabeceó nuevamente González Pirez y el uno voló a contrapierna para evitar la apertura del marcador.
En el complemento, el encuentro siguió la misma tónica y parecía estar para cualquiera. El local no logró inquietar a Franco Armani, mientras que la oportunidad más clara de la visita fue un remate de González Pirez que se estrelló en el travesaño.
SI bien ambos siguieron buscando la victoria, fue empate sin emociones en Santa Fe. A Unión le sirve el punto, ya que queda como único escolta de Huracán, a una unidad. River, a cinco de la punta, siente el sabor amargo de una igualdad en la que le queda la sensación de haber merecido más y que no le permite sumarse al pelotón de arriba.