Por la Bledisloe Cup, se enfrentaron Nueva Zelanda y Australia en Dunedin. Una semana después del cruce en el cierre del Rugby Championship, ambos seleccionados oceánicos se volvieron a cruzar y, otra vez, los All Blacks se quedaron con la victoria, esta vez por un ajustado 23-20 con un penal de Mo’unga en el cierre.
El partido comenzó con acción desde el vestuario, con un try tempranero de Marika Koroibete, convertido por Carter Gordon. Menos de cinco minutos después, los Wallabies volvieron a apoyar en el ingoal local, de la mano de Tom Hooper. Pasado el sacudón inicial de Australia, los All Blacks hicieron pie y comenzaron a ajustar su juego. Damian McKenzie abrió el marcador para los hombres de negro con un penal, pero Gordon hizo lo propio y mantuvo la ventaja a favor de los visitantes.
Promediada la primera mitad, el partido cayó y no se volvieron a anotar puntos. Australia tuvo el control de la pelota y propuso más, pero no pudo volver sumar. Por su parte, los locales se mostraron imprecisos y cometieron muchas infracciones, aunque supieron defender su ingoal. Sobre el final del primer tiempo, McKenzie pudo acortar la distancia con un penal accesible, pero optaron por patear al line y finalmente la defensa de los Wallabies frustró el ataque local.
Igual que la primera mitad, el complemento comenzó con puntos, esta vez para los All Blacks, que salieron decididos a revertir el resultado. Tras una gran jugada, Shaun Stevenson terminó apoyando para los locales y McKenzie completó la jugada de siete puntos. Ian Foster movió el banco y reemplazó a la pareja de medios e ingresaron Aaron Smith y Richie Mo’unga, que le dieron otra cara al equipo. En la primera oportunidad que tuvo, Mo’unga sumó de a tres con un penal para achicar el resultado.
Nueva Zelanda propuso más y eventualmente logró llegar al try de la mano del potente Samipeni Finau, convertido por Mo’unga, para pasar al frente en el marcador por primera vez en el partido. Quade Cooper, recientemente ingresado, aprovechó la primera oportunidad de sumar que tuvo y convirtió el penal para igualar el marcador a diez minutos del final.
Los últimos minutos se jugaron con mucha intensidad, pero también con muchos errores de manejo por parte de ambos equipos. Si bien los neozelandeses dominaron el juego, los australianos no dieron el brazo a torcer y aguantaron su ingoal con fiereza. Luego de todas las variantes, el scrum de los locales mejoró considerablemente en comparación al del primer tiempo y a dos minutos del final les valió el penal que definió el partido. Mo’unga no falló su remate a los palos y decretó el 23-20 final.