Los All Blacks mostraron un rugby de alto vuelo en Melbourne y en el cierre del Rugby Championship golearon a los Wallabies por un implacable 38-7 para lograr su 10° corona en el torneo, que en esta edición mostró una versión reducida a causa del Mundial de Francia.
Hubo muchas diferencias entre los All Blacks y los Wallabies durante todo el encuentro y los dueños de casa solamente pudieron estar a tiro en el resultado durante la primera media hora: luego Nueva Zelanda apretó el acelerador a fondo y anotó tries de todos los gustos para quedare con un bonus ofensivo que les aseguró el título.
El partido arrancó con un ritmo eléctrico y fueron los All Blacks quienes abrieron rápidamente el tanteador a los tres minutos aprovechando un quedo en defensa de los Wallabies que dejó expuesto a Tate McDermott, quien fue tackleado implacablemente por Scott Barrett cerca del ingoal en una acción en la que Shannon Frizell se encontró la pelota para terminar facturando.
La reacción de los Wallabies llegó rápidamente, a los seis minutos, cuando los forwards manejaron muy bien la pelota con el recurso del pick and go y Rob Valentini llegó al try en dos movimientos. Carter Gordon acertó la conversión y los dueños de casa pasaron al frente en el score 7-5.
Esa exigua ventaja le duró a Australia hasta los 33 minutos, momento en el cual los All Blacks manejaron muy bien un maul y Codie Taylor se desprendió para apoyar un try a pura guapeza. Richie Mo’unga completó la jugada con la conversión y los visitantes se adelantaron 12-7 en un partido que hasta ese momento les era favorable, aunque los Wallabies mostraban batalla y se enfocaban en defender bien para mantenerse a tiro en el resultado.
En el cierre del primer tiempo llegó la jugada que comenzó a torcer en forma definitiva las acciones: cuando el tiempo ya estaba cumplido, los forwards de Nueva Zelanda se lucieron en el contacto y los backs aprovecharon esa inercia para abrir la pelota y que Will Jordan le pusiera el moño a la gran jugada con un buen try sobre la derecha. Mo’unga siguió certero con el pie y gracias a su confesión el visitante se fue arriba 19-7 al descanso.
En el complemento directamente se produjo un monólogo de los All Blacks que incluyó algunas jugadas de rugby de alto vuelo, que podrían emparentarse con las que hacían los Globetrotters en básquet, mientras que los Wallabies mostraron una pasividad que debería preocupar a su head coach Eddie Jones de cara al Mundial de Francia, teniendo en cuenta que Australia deberá corregir varias facetas de su juego si pretende ser competitivo.
A los 18 minutos de la segunda etapa el ingresado Caleb Clarke vio el claro luego de que los forwards de Nueva Zelanda presionaran cerca del ingoal y anotó un try a pura potencia convertido por Mo’unga en el que los visitantes se escaparon 26-7: se olía que iba a haber goleada en Melbourne y Australia no pudo hacer nada para evitarla.
Luego llegaron los buenos y vistosos tries de Mark Telea y Rieko Ioane para ponerle la persiana a un partido desigual y en el que los All Blacks terminaron goleando por 38-7 para lograr su 10° corona en el Rugby Championship y en el que demostraron que están en un gran momento de cara al Mundial.