El juez de audiencia santarroseño, Carlos Besi, a un hombre de 36 años a un año de prisión de cumplimiento efectivo en una causa por violencia de género, a partir de un acuerdo abreviado convenido entre las partes.
El imputado es Juan Domingo Balquinta, quien fue hallado autor de los delitos de lesiones leves calificadas por la relación de pareja preexistente (dos hechos), en concurso real con amenazas calificadas por el uso de armas; todo ello en el marco de la ley 26485 de Protección Integral contra las Mujeres. Además se le mantuvo la prisión preventiva y la condición de reincidente.
El abreviado fue acordado entre el fiscal Marcos Hernán Sacco, la defensora oficial María Antonella Marchisio y el propio acusado. La víctima, al ser informada sobre sus alcances, también dio su consentimiento.
Con las pruebas reunidas durante la investigación fiscal preparatoria, quedó probado que Balquinta se apersonó a la casa de su expareja y, al producirse una discusión, “la tomó con fuerza del brazo izquierdo y le propinó dos golpes de puño en el rostro; uno a la altura de la sien y otro en la boca, causándole lesiones”, indica el fallo.
En el otro legajo se acreditó que, hace una semana, la expareja sintió un golpe muy fuerte en la cabeza cuando iba camino hacia su trabajo. Si bien no pudo ver con qué objeto fue agredida, vio al imputado en un tapial. Este le dijo: “Esto no es la vecindad, vos sabés que esto es el Matadero”. A pesar de ello, la mujer continuó caminando. Balquinta la siguió y le expresó: “Te voy a matar, te voy a matar, ¿qué venís a hacer acá?”.
La víctima llegó hasta la vivienda de una sobrina de su atacante. Balquinta también fue hasta allí y se quedó parado enfrente. En un momento sacó de sus ropas “un cuchillo de 30 centímetros, realizando unos movimientos con él, arrastrándola sobre la tierra” y diciéndole a su sobrina: “Llevátela porque yo la agarro apuñalada (sic), llevátela porque la mato, yo te voy a matar loca, te voy a matar”. En ese instante, la mujer intercedió ante su tío y la damnificada llamó a la policía.
Debido a que las partes renunciaron expresamente a recurrir la sentencia, Balquinta –quien permanece detenido– quedó a disposición del Juzgado de Ejecución Penal.