“Hay al menos 400 muestras de ADN para enviar (a un laboratorio de genética forense)”, advirtieron fuentes con acceso a la investigación que procura esclarecer el crimen de la joven estudiante Agustina Fernández.
El trabajo que se realiza sin descanso -y del que participa la Policía, la fiscalía, el cuerpo médico forense, el Gabinete de Criminalística y el laboratorio- tiene un sólo objetivo: encontrar al autor. En paralelo, se busca al misterioso joven del identikit y se llevan a cabo otras diligencias.
Estas muestras serían enviadas a la brevedad porque el material genético se va degradando con el tiempo.
Buena parte de las muestras de ADN corresponden a personas identificadas en el marco de otras causas judiciales cuyo perfil criminal coincide o se asemeja bastante al del autor. La Policía tiene fichas y fotos de los sospechosos, a quienes se los convoca para la extracción.
Varios están detenidos, pero no necesariamente. Incluso algunas personas sospechadas no tienen antecedentes, ni han sido investigadas por otros hechos violentos. Pero resulta que presentan alguna característica física que los vincula al joven del identikit.
Este trabajo se viene haciendo desde que inició la investigación, y a medida que llegan los resultados del laboratorio genético forense de Bariloche, se los descarta como sospechosos. Como fue el caso del joven músico que fue señalado en las redes por su parecido con el identikit, pero la fiscalía luego aclaró que no era él. En su momento, se armó tan revuelo que el chico tuvo que pedir por Facebook que dejen de escracharlo.
Se cree que de esta manera hay mayores posibilidades de encontrar al hombre que la atacó a golpes en su cabeza, el pasado 2 de julio, provocándole la muerte.
El material genético de un hombre fue hallado en las uñas del dedo índice de la mano derecha de la víctima y en el dedo pulgar izquierdo.