“Nada para decir, pasó todo al aire”, resumió Adrián Pallares ante la consulta de Teleshow tras la sorpresiva renuncia en vivo de Graciela Alfano al aire de Socios del Espectáculo (El Trece). “Me parecía que en momentos, y se los digo con onda, no me miraban. Hagámonos cargo. Y no me miraban no porque destratan o son mala gente y maleducados, tal vez era porque no tenía que ver con la característica del programa. Yo estaba acá pintada, entonces en un momento dije: ‘¿Yo vengo acá a hacer de clac (aplaudidor)?’. Me pareció que había que blanquear, los chicos, más vos Adrián, te lo digo en la cara, vos sufrís, te juro que sí”, le espetó la diva a Pallares pero también a Rodrigo Lussich, el otro conductor del ciclo.
“Para mi con Graciela está todo bien. Después charlamos cuando termino el programa; y en lo personal, todo perfecto”, agregó Adrián. Un rato más tarde, Lussich dio su punto de vista al ser abordado por un móvil de LAM (América). “Aparentemente, Graciela no está cómoda en el programa y nos lo enteramos medio de sopetón. Porque estuvo en el programa de Carmen, había ido a contarlo ahí, y había hablado ayer con al gente del canal. La verdad que nosotros no lo sabíamos. Y lo que se vio es lo que pasó en el aire, básicamente”, coincidió el uruguayo con su compañero.
“Lo que pasó no es lo que uno prefiere que pase al aire. Pero tampoco me parece el fin del mundo. Quiero decir, más allá de los manuales, nosotros hacemos un programa donde la impronta manda todo el tiempo. Entonces, tampoco la vamos a caretear si nos pasa a nosotros mismos”, analizó Lussich.
En cuanto al vínculo con Graciela como panelista Rodrigo asegura que “nunca hubo una intención de molestarla, incomodarla… Maltratarla, mucho menos. Creo que se trivializa mucho la palabra ‘maltrato’ para cosas que no tienen que ver con eso. Todos sabemos y hemos trabajado con maltratadores, sabemos lo que es laburar bajo maltrato. Me ha pasado a mi, como panelista, que no pegué onda con el programa, no pegué onda con un conductor o con una conductora, no sumé lo que el programa necesita”, comparó. Y sintetizó: “Esto es pan de todos los días: nos puede pasar a todos, del lado del mostrador en el que estemos”.
Asimismo, insistió en que no sabían que Graciela no estaba cómoda en el programa. “Nunca lo manifestó. Jugaba un poco con esto de joderlo a Adrián, que tal vez se podía sentir de alguna manera cuando ella dice alguna cosa medio brava sexualmente. Que reaccionaba: ‘Bueno, Graciela…’, pero nunca desde un lugar de callarla ni de opacarla. Es Graciela Alfano, chicos. Tiene una fuerza para todo lo que hace, para el bien y para el mal. Sabe donde pegar, donde ir, como decir. Tiene un oficio de la puta madre hasta para esto. No se va a ir inadvertida. Si se quiere ir haciendo ruido, lo puede hacer. Si no quiere, también. Es ella”, consideró Lussich.
También contó las sensaciones de Alfano durante los rimeros días en el programa. “Siempre la vi muy integrada. Ella misma, cuando entró la programa, me llamó por teléfono y me dijo: ‘Yo quiero ser una más de las chicas y ser parte del juego que juegan. Si venís a un programa que juega un juego, lo jugás. Si no. no venis’”, reveló.
“Tendrá sus motivos para no sentirse cómoda y habrá que escucharla como a cualquier compañero. No me parece que haya habido ni un ninguneo, ningún maltrato, ni nada por el estilo. Por eso hay que ser cuidadosos con las palabras”, insistió Lussich. “Puede ser que no haya habido la gran onda, puede ser que no se haya sentido cómoda, sí. puede ser que en el día a día no fluya como uno espera… Pero eso pasa todo el tiempo, nos pasa a todos en todos los programas, en el rol que nos toque”, cerró.
A la salida de Socios del Espectáculo, Graciela había sido abordada por los móviles y se limitó a lo que había dicho al aire sin agregarle nada: “Fue bastante claro lo que dije dentro del programa. No tengo nada más que decir al respecto y, por respeto a mis colegas, con quienes estoy en pantalla con ellos todavía y hasta que se termine el contrato a fin de mes, vamos a dejar todo ahí. Nadie se enojó. Enojo no, ninguno. No, no”, se despidió desde el auto.